El periplo de la caravante migrante no ha terminado. México ha recibido este martes al primer centroamericano que solicitó asilo en Estados Unidos y que deberá esperar al sur de la frontera hasta que concluya su juicio migratorio ante los tribunales de ese país. Washington ha justificado la devolución de centroamericanos por la saturación de los albergues en sus ciudades fronterizas y por las dificultades legales para desahogar las solicitudes, que se han incrementado un 2.000% en los últimos cinco años, según datos oficiales. «Esta acción se da en respuesta a la crisis de migración ilegal que encara el país en su frontera sur», ha señalado en un comunicado la Embajada de Estados Unidos en México. Las autoridades mexicanas han calificado la medida de «unilateral», pero han accedido a dar acogida a los migrantes por razones humanitarias.
El primer migrante retornado a México ha sido Carlos Gómez, un hondureño de 55 años que entró a territorio mexicano en la caravana de octubre pasado y que ha recibido un permiso para permanecer en el país hasta noviembre próximo. «Vengo cansado (…) voy a un lugar afuera de Tijuana«, ha dicho brevemente Gómez ante un grupo de reporteros en el cruce de San Ysidro, la principal garita de aquella ciudad fronteriza y el puerto fronterizo más concurrido del mundo, donde se realizan de momento todas las devoluciones. Estados Unidos ha manifestado que desea que en las próximas semanas las devoluciones se lleven a cabo en todos los puntos de entrada en los 3.169 kilómetros de frontera que comparte con México. Washington ha acordado con México devolver hasta 20 migrantes por día.
El Gobierno mexicano se ha limitado a difundir una tarjeta informativa con algunos datos del primer solicitante devuelto y ha asegurado que el ciudadano hondureño cumplía con los requisitos legales para tramitar su estancia en el país. Después de que se confirmara el anuncio la semana pasada, México insistió en que no aceptará a menores no acompañados, personas enfermas y familias.
«Muchos potenciales migrantes saben que solicitar asilo les da una oportunidad de permanecer en los Estados Unidos incluso si no tienen un argumento válido para el asilo», ha afirmado el Gobierno estadounidense. Bajo el Protocolo de Protección a Migrantes, como Estados Unidos ha nombrado la medida, los centroamericanos recibirán una notificación para acudir a una audiencia en una corte migratoria y esperarán en México, en procesos que pueden tardar varios meses en concluir. El plan no aplica para ciudadanos mexicanos. Los migrantes que logren convencer a un juez de que su vida corre peligro en su país de origen podrán quedarse y los que no serán repatriados. De cada 10 solicitudes de asilo que se presentan en Estados Unidos, nueve son rechazadas, de acuerdo con datos oficiales.
México ha anunciado esta semana que ha concluido su política de puertas abiertas, un gesto histórico en el que ha ofrecido permisos de residencia por un año a los miembros de la caravana migrante que partió el 15 de enero pasado de Honduras y El Salvador. El Instituto Nacional de Migración ha recibido 15.552 solicitudes, 12.574 de adultos y 2.978 de menores de edad, y ya ha otorgado casi 4.000 permisos, de acuerdo con el corte que ha divulgado el Gobierno hasta el 28 de enero. Entre las peticiones hay una marcada mayoría de solicitantes de Honduras, de donde proviene más del 70%. Se espera que el Gobierno mexicano desahogue el resto de solicitudes en los próximos días.