Arranca el primer juicio por el presunto amaño de un partido en Primera
El partido que Levante y Zaragoza disputaron el 21 de mayo de 2011, la última jornada de liga, en el estadio Ciudad de València, además de flojo, fue muy desequilibrado. El Levante, que no se jugaba nada en la tabla, apenas tiró a puerta, casi no cruzó el centro del campo y la mayor parte de las veces que recuperó el balón sus jugadores reaccionaron lanzándolo lo más lejos posible. El Zaragoza, al borde del descenso a Segunda, atacó, en cambio, como nunca: fue el partido que más veces disparó a puerta en la temporada -marcó cuatro goles, aunque dos fueron anulados por fuera de juego- y sus jugadores hicieron, en la medida de sus posibilidades, todo lo posible por ganar. El inusual comportamiento de ambos equipos, reflejado en el análisis estadístico de un partido que acabó con victoria del Zaragoza por dos a uno, se debió, según la Fiscalía Anticorrupción, la Liga y el Deportivo de la Coruña –que descendió en aquella jornada- a que el equipo aragonés sobornó con casi un millón de euros a los jugadores de Levante. El juicio del caso, el primero por un supuesto amaño en un partido de Primera en España, ha comenzado este martes en Valencia ante el magistrado de lo penal Manuel Aleis.
En el banquillo se sientan todos los jugadores convocados aquel día, entre ellos Ander Herrera, ahora en el París Saint Germain; Caicedo, que juega en el Lazio; Vicente Iborra, que está en el Villarreal, y Gabi, en el Al-Sadd de Qatar; el cuerpo técnico del Zaragoza; el entonces presidente del club, Agapito Iglesias, y dos de sus consejeros. El delegado en Valencia de la Fiscalía Anticorrupción, Pablo Ponce, pide para ellos dos años de cárcel por un delito de corrupción deportiva –la Liga reclama cuatro-, seis años de inhabilitación para la práctica del fútbol, así como para ser entrenador o gestor deportivo, y una multa para cada uno de ellos de 1,9 millones de euros. La Fiscalía también solicita dos años de prisión adicionales, solo para los directivos, por un delito de falsedad en documento mercantil. El Real Zaragoza también está acusado en el juicio como persona jurídica. En total hay 42 acusados, lo que ha obligado a acondicionar la sala especial, llamada Tirant Lo Blanch, que tiene la Ciudad de la Justicia para los grandes procesos.
Entrega en mano
Según las acusaciones, ante las negras perspectivas en caso de derrota el presidente del Zaragoza y sus dos consejeros, Francisco Porquera y Francisco José Checa, planearon con el director deportivo, Antonio Prieto, el entrenador, Javier El Vasco Aguirre, y los capitanes del equipo, Gabriel Fernández, Leonardo Daniel y Jorge López comprar a sus rivales. Un propósito para el que contaron con “el consentimiento y la aceptación” de la plantilla. Para ello el club transfirió a las cuentas de los jugadores 965.000 euros en concepto de supuestas primas. Los miembros del equipo sacaron el dinero en efectivo entre el 18 y el 20 de mayo y, según las acusaciones, se lo entregaron personalmente a los del Levante, que se dejaron ganar.
Las defensas niegan los hechos y durante la fase de investigación esgrimieron que en la causa no hay pruebas de que los jugadores del Levante recibieran el dinero, por lo que el proceso se sostiene en meras hipótesis. El Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia aceptó tal tesis y archivó el asunto, pero la Audiencia de Valencia lo reabrió en enero de 2018.
Las acusaciones creen, en cambio, que hay indicios fundamentar una condena. El primero, el testimonio de Javier Tebas, entonces vicepresidente y ahora presidente de la Liga, que dio origen al caso denunciar que, según le había revelado un jugador del Zaragoza que fue su cliente (el presidente de la Liga es abogado) el partido fue amañado. Su relato: transferencia del club a las cuentas de los jugadores y retirada casi inmediata del dinero en los días siguientes para dárselo a los del Levante, concuerda con lo que reveló más tarde la investigación judicial. Tebas, señalan las acusaciones, no tenía por qué conocer esos infrecuentes movimientos bancarios.
Petición de nulidad
Las defensas han coincidido en la primera jornada de juicio, dedicada a las cuestiones previas, en pedir la nulidad del juicio al considerar que, de ser cierta la versión de Tebas, el máximo dirigente de la Liga habría roto su deber de guardar secreto sobre unos hechos que había conocido como abogado en el marco de una relación profesional. Subsidiariamente, los letrados de los futbolistas en activo han pedido que si el juicio sigue adelante se les permita ausentarse de las sesiones para poder entrenar y jugar con sus equipos. Una dispensa que también han solicitado el entrenador mexicano Javier Aguirre y los exdirectivos del Zaragoza.
El partido fue, además, “anómalo” desde el punto de vista estadístico, según el informe presentado en el juzgado por la Liga. El Levante no recibió más tiros a puerta en toda la temporada, y fue uno de los encuentros en los que el equipo valenciano menos disparos hizo y menos córners sacó. El Zaragoza, un equipo que había subido dos años antes de Segunda, a la que regresó dos temporadas después, fue, por su parte, el equipo que mejores estadísticas de ataque ofreció como visitante en el Ciudad de Valencia.
Finalmente está la cuestión del dinero. La investigación de Hacienda ha revelado no solo el extraño trasiego de fondos en las cuentas de los jugadores del Zaragoza después de que recibieran una prima que el club nunca había pagado en esas fechas ni en tal coyuntura deportiva, sino también la extraña quietud que vivieron en las semanas siguientes las de los integrantes del Levante, que apenas extrajeron dinero ni hicieron pagos con tarjeta, lo que sería un indicio de que contaban con importantes sumas en efectivo. Las explicaciones ofrecidas por los jugadores del equipo valenciano en la fase de instrucción, como por ejemplo la de que se fueron de vacaciones al pueblo de sus padres, donde no gastaban nada, no convencen a las acusaciones.
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