De la rodilla de Ronaldo al pie de Neymar
Como hace ya 17 veranos, a Ronaldo se le espera en el Bernabéu en los estertores del mercado de fichajes. En 2002 apareció el 1 de septiembre, después de firmar su traspaso del Inter al Madrid la noche anterior, a una hora del límite. Este sábado, como presidente del Valladolid, rival de los blancos (19.00, Movistar LaLiga), llega con más margen, nueve días antes del 2 de septiembre, mientras en Chamartín madura la posibilidad de una operación que cada vez se parece más a la suya. El guion incluye también en este caso un brasileño exazulgrana de impacto mundial que quiere abandonar su club (Neymar), un archirrival con intereses (el Barcelona), un presidente aguardando paciente el momento (Florentino Pérez) y una lesión pertinaz que añade riesgo al salto mortal financiero: entonces era la rodilla derecha de Ronaldo, hoy es el pie derecho de Neymar.
El 14 de agosto Le Parisien publicó una información en la que atribuía al doctor Eric Rolland, jefe de los servicios médicos del PSG hasta este verano, un juicio preocupante sobre las lesiones de Neymar. Según el rotativo parisino, el médico cree que “el pie del brasileño es demasiado fino y el riesgo de recaída en el quinto metatarsiano es muy probable”. El futbolista sufrió una fractura de ese hueso en febrero de 2018 y otra en enero de 2019, ambas en lances en los que se torció el tobillo. En otra caída similar, sufrió una rotura de ligamentos el pasado mes de junio. La constitución de su pie le hace más propenso a este tipo de accidentes, según Rolland, que fue el cirujano ortopédico que operó la rodilla izquierda de Ronaldo cuando se rompió el ligamento rotuliano en 2008. Aquella intervención la realizó con ayuda de Gérard Saillant, que se había ocupado del ligamento rotuliano de la otra rodilla cuando se lo rompió en 2000.
Dudas sobre el Barça
La inquietud que provocaba entonces la rodilla de Ronaldo en los despachos de Concha Espina se parece mucho a la incertidumbre que ahora les suscita el pie de Neymar. La salvaguarda prevista también es la misma. En 2002, después de que El Fenómeno hubiera terminado el Mundial de Japón y Corea como campeón y máximo goleador, Florentino Pérez arrancó a Moratti una especie de seguro sobre su compra: si el jugador se volvía a romper la rodilla, el Inter devolvería la parte proporcional de lo invertido por el Madrid, en función del tiempo que no pudieran alinearlo. En el caso de que Pérez llegue a sentarse a negociar con el PSG, y ante una operación que podría suponer unos 500 millones de euros en cinco años, demandarán unas garantías equivalentes sobre el pie derecho de Neymar, según fuentes conocedoras de los planes de la cúpula blanca.
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Estas mismas fuentes advierten, sin embargo, de que para que se active este plan, y siempre que el precio planteado fuera razonable, antes tendría que retirarse de la puja el Barcelona. O tendría que descartarlo el Paris Saint-Germain.
En el club parisino ven factible cualquiera de estas dos opciones, según fuentes conocedoras de la evaluación que se hace en su alto mando de los movimientos del Barça. Mantienen dudas sobre la solidez del empeño de Josep Maria Bartomeu, el presidente azulgrana, y desconfían de que pueda disponer de los fondos requeridos para acometer un traspaso que cifran en no menos de 150 millones de euros más algún jugador. No contemplan aceptar como mecanismo de pago aplazado una cesión, que es lo que propone el Barcelona, según fuentes cercanas al club y al tanto del contenido de su oferta. Bartomeu plantea un préstamo de un año con una opción de compra el segundo, que podría ser obligatoria, de 170 millones.
En el PSG se señala, además, el voluminoso salario del brasileño, unos 30 millones de euros netos, como dificultad añadida a una operación entre cuyos riesgos también incluyen las lesiones de un futbolista que ya tiene 27 años.
Cuando Ronaldo aterrizó finalmente en la capital de España, Alfonso del Corral, entonces responsable de los servicios médicos del Madrid, dedicó dos horas a examinarle la rodilla: “No está peor de lo que me esperaba”; dictaminó, “Ronaldo se ha recuperado porque sufrió las lesiones cuando tenía 22 años. Si le hubiera pasado con 27, no habría mucho que hacer”.
El destino querido
Sin embargo, ahora es el Barcelona el único club que está realizando movimientos públicos, alguno tan ostensible como enviar a París una delegación encabezada por Eric Abidal, secretario técnico del club, que fue fácilmente detectada por las cámaras. Que sea el Barcelona el que se mueve se corresponde también con el interés principal de Neymar, transmitido por él mismo de manera insistente a sus excompañeros, quienes se han ocupado de elevarlo, respaldado, a Bartomeu, en particular Leo Messi.
En la operación de Ronaldo también confluyeron hasta el final el Madrid y el Barcelona. La implicación de los azulgrana era indirecta, pero afectó de manera directa. Joan Gaspart, entonces presidente, tenía interés en incorporar a Fernando Morientes, entonces delantero madridista, y se ideó un traspaso a tres bandas. El Inter vendía a Ronaldo por 45 millones de euros al Madrid, que pagaba 20 en efectivo y el resto mediante Morientes, que el Barcelona se comprometía a fichar desde el Inter por 25 millones. Pero a las dos de la tarde del 31 de agosto, con solo diez horas de mercado por delante, Gaspart comenzó a regatear el precio: 24, 23, 22, 21, 20… A las nueve de la noche, el Barcelona confirmó el traspaso mediante un fax, pero media hora más tarde se echó atrás con una llamada telefónica.
El Inter, que ya había pactado hacerse con Hernán Crespo como refuerzo, quedó acorralado. La expectación era máxima. Una persona que conoció directamente las negociaciones recuerda que en el despacho desde el que Pérez las dirigía sonó el teléfono: era el rey Juan Carlos I, que quería saber si se hacía o no. A las diez el presidente blanco lanzó una última oferta. A las once se firmaron los contratos que incluían el seguro de la rodilla, y a las once y media el Madrid anunció la contratación. “He hecho un máster de negociación en Harvard, eso fue un juego de niños comparado con lo que ha pasado esta noche”, resumió en la sala de prensa Jorge Valdano, entonces director general deportivo.
Al lado de esos apuros, desde que Ronaldo vuelva este sábado al Bernabéu al 2 de septiembre queda un mundo, pero los implicados creen que con Neymar puede llegar a consumirse.
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