Álvarez de Toledo indigna al PP vasco al acusarlo de tibieza

Indignación en el PP vasco con Álvarez de Toledo por acusarle de tibieza con el nacionalismo. Los planes y buenas intenciones de la dirección nacional del PP para un perfil integrador de Cayetana Álvarez de Toledo han durado poco. Y el recelo de la mayoría de los barones territoriales hacia la portavoz parlamentaria del partido se han reavivado y en un territorio muy sensible: Euskadi. Las críticas de Álvarez de Toledo contra el intento del PP vasco de redefinirse ensombrecieron el inicio de su convención. «Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución», respondió el portavoz del PP en el Parlemento vasco, Borja Sémper, tras escuchar las críticas.

Por su parte, el líder del PP vasco, Alfonso Alonso, la ha acusado de reavivar el “dolor” entre sus compañeros. Ni algunos de los principales barones territoriales del PP, como Alberto Núñez Feijóo o Juan Manuel Moreno, ni Alfonso Alonso, ni tampoco otros veteranos dirigentes con experiencia en las Cortes del partido,han compartido nunca el entusiasmo de Casado por nombrar a Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso, un cargo potencialmente muy arriesgado.

En el partido se reconoce mayoritariamente su capacidad intelectual casi en el mismo grado que su carencia de empatía o liderazgo para formar equipos. La afectada ha intentado en sus primeros días de mando en la Cámara baja comparecer con otros diputados y hasta controlar sus palabras, pero sin renunciar a su pegada. Este jueves ha acaparado la presentación de unas jornadas para lanzar el proyecto de España Suma en las que la invitada estrella era Rosa Díez y Casado presidía el evento. Pero allí mismo espetó a su líder que le agradecía especialmente que con su nombramiento hubiese aceptado una posición de “discrepancia” dentro de la disciplina del partido e hizo a continuación casi un alegato sobre la disidencia

Esas peculiaridades de Álvarez de Toledo nunca encajaron bien en el PP de Mariano Rajoy, hasta el punto de que la actual portavoz parlamenaria lo acabó abandonando. Todavía ahora su estilo chirría en muchas estructuras del partido, sobre todo cuando se debate qué hacer en dos territorios donde el PP corre riesgo de irrelevancia como Cataluña y Euskadi. Este viernes, en una entrevista con Federico Jiménez Losantos en esRadio, Álvarez de Toledo ha activado un terremoto político sobre una autonomía muy emblemática para el PP.

Retornar al perfil duro no dio resultado

J. C., Madrid

El fracaso del PP ya de Pablo Casado en Cataluña y Euskadi en las últimas elecciones generales del 28 de abril fue estrepitoso, pues perdió toda representación en el País Vasco y se quedó con el único escaño de la propia Cayetana Álvarez de Toledo por Barcelona. En ambos territorios el PP de Casado optó por relegar a figuras más moderadas y apostó por perfiles más duros. El PP, que había sumado dos escaños en Euskadi en 2016, uno por Bizkaia y otro por Álava, uno de sus feudos tradicionales y en los que solía gobernar el Ayuntamiento y la Diputación, se quedó sin ninguno. Su teórico número tres y responsable de la campaña nacional, Javier Maroto, ni obtuvo el acta. Maroto había ganado en 2015 las elecciones municipales de su ciudad, Vitoria, y hasta llegó a alcalde. El PP vasco bajó el 28-A unos 70.000 votos. Colaboradores de Alonso recordaban este viernes esos datos y el único acta por Barcelona de Álvarez de Toledo para reafirmarse en su estrategia de “buscar otra utilidad social” para su partido tras haberse superado ya la etapa del combate frente a ETA.

“Los errores que se cometieron en el PP vasco fueron porque se apartaron de esa consigna de que lo moral es lo eficaz, y se creyó que acercándose a posiciones más tibias, más de contemporización con el marco del nacionalismo se podía obtener un mejor resultado. Ya se ha demostrado que esa posición ha fracasado”, ha sentenciado. Luego se fue para el Congreso para seguir teorizando sobre el daño que ha causado a España el “pasteleo” y “la contemplación” tanto sobre Cataluña como sobre España.

Cuando a Alfonso Alonso le llegaron a Euskadi los ecos de las palabras de Álvarez de Toledo optó en un primer momento por la vía sarcástica para desmarcarse del posible fichaje de la exsocialista Rosa Díez como un personaje “muy versátil”. Y luego pidió explicaciones en privado. Alonso ha contado este viernes en la primera sesión de la convención que pretende la redefinición del PP vasco, que había recibido un mensaje del propio Casado y de las “alturas” del partido apoyándole. Alonso y otros dirigentes populares vascos consultados por EL PAÍS han concluido, con todo, que las críticas de Álvarez de Toledo les había hecho en el fondo un favor: “Nos ha venido de perlas para que se vea quién es quién y se comprenda por qué es tan necesario que el PP vasco remarque su propio estilo y se ratifique el apoyo a la foralidad”.

El dolor en Euskadi

Alonso no ha ocultado su malestar con Álvarez de Toledo: “Mucha gente del PP vasco, que ha peleado mucho, se ha sentido dolida por esas manifestaciones, por esa incomprensión; somos leales a nuestras ideas y somos mayores de edad, y lo que buscamos es la conciliación en Euskadi, y también en España”.

El presidente del PP vasco ha resaltado que, además de Casado, muchos dirigentes del partido le han respaldado: “Hemos recibido muchos mensajes de apoyo del PP, de dentro y fuera del País Vasco, y no voy a pedir a Cayetana Álvarez de Toledo que rectifique, no pido nada, lo último que quiero es pelear con una compañera; mis adversarios son otros”.

Y aguarda a que este sábado el líder del PP le avale: “La película no ha terminado. Casado clausura la convención y estoy convencido de que obtendremos un respaldo muy claro”. Más duro aún se ha mostrado uno de los principales colaboradores de Alonso, el que fue candidato a la alcaldía de San Sebastián, Borja Sémper. A su llegada este viernes a la convención, Sémper se ha expresado con contundencia: “Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución”. Tanto él como Alonso han recordado que también sufrieron en su momento las amenazas y el acoso por parte de ETA y su entorno.

El pretexto de esta disputa es en teoría las diferencias de tono sobre los beneficios del sistema foral vasco, que el PP de Euskadi defiende con el argumento de que está consagrado en la Constitución. Pero las brechas vienen de más lejos, desde los tiempos en que la más conservadora María San Gil comandaba a los populares vascos. San Gil es amiga íntima de Álvarez de Toledo y hasta Casado intentó rescatarla para las listas de las generales.