Apple Watch Series 8, análisis
Watch Series 8. No es ningún secreto que los iPhone 14 no han supuesto un cambio radical con respecto a la generación anterior. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp.
Con los Pro, no obstante, la cosa es diferente. Y eso mismo pasa, precisamente, con los relojes inteligentes de Apple. El protagonismo se lo ha llevado, sin duda, el Apple Watch Ultra, mientras que el Apple Watch Series 8 es, simplemente, una revisión del Series 7 con alguna que otra novedad.
El Apple Watch Ultra tendrá que esperar, pero llegará. Mientras tanto, en Xataka ya hemos tenido ocasión de probar el Apple Watch Series 8 para traeros este, su análisis. ¿Qué novedades trae? ¿Qué ofrece que no ofreciese ya su antecesor? ¿Cómo se comporta en el día a día? Salgamos de dudas.
Ficha técnica del Apple Watch Series 8
Apple Watch Series 8 | |
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Caja | 41 o 45 mm |
Dimensiones y Peso | 41 x 35 x 10,7 mm (41 mm), 32 gramos 45 x 38 x 10,7 mm (45 mm), 38,8 gramos |
Pantalla | Retina LTPO OLED 41mm: 1,6 pulgadas, 352 x 430 píxeles 45 mm: 1,8 pulgadas, 396 x 484 píxeles Hasta 1.000 nits de brillo Pantalla siempre activa |
Procesador | Apple S8 (doble núcleo de 64 bits) Chip W3 inalámbrico Chip U1 (banda ultraancha) |
ALmacenamiento | 32 GB |
Conectividad | Wi-Fi (802.11b/g/n 2.4 GHz) Bluetooth 5.3 |
Sensores | SpO2 Ritmo cardiaco, ECG Acelerómetro (fuerzas de hasta 256g con detección de caídas y accidentes) Giroscopio de alto rango dinámico Altímetro GPS/GNSS Brújula Sensor de luz ambientalVO2maxDetección de accidentesSensor de temperatura |
Resistencia al Agua | 50 metros |
Batería | Hasta 18 horas de autonomía. Hasta 36 horas de autonomía en modo de bajo consumo. Carga rápida |
Otros | Función de llamada de emergencia UWB Resistente al polvo IP6X |
Precio | GPS, 41 mm: desde 499 euros. GPS, 45 mm: desde 539 euros. GPS+Celular, 41 mm: desde 619 euros. GPS+Celular, 45 mm: desde 659 euros. |
Diseño: un Apple Watch
Que el Series 7 sea un copiar-pegar del Apple Watch Series 6 a nivel de formas es un acierto de cara a la comodidad: la semicircunferencia que dibuja el lateral… uy, perdonad, que había copiado y pegado sin querer este párrafo del análisis del Apple Watch Series 7 porque, sorpresa, son exactamente iguales. I-gua-les. Poniendo el nuevo reloj al lado del otro es imposible apreciar las diferencias.
Tienen exactamente las mismas dimensiones, exactamente el mismo peso y en la muñeca se sienten exactamente igual. No hay una diferencia evidente, más allá de la que se puede experimentar al pasar de la versión de 41 milímetros a la de 45 y viceversa.
Como siempre, los Apple Watch se pueden conseguir en diferentes materiales, a saber aluminio o acero inoxidable, siendo el de aluminio más barato y el que nosotros hemos tenido ocasión de analizar. Como era de esperar, el reloj desprende aroma a premium por los cuatro costados, se siente bien construido, robusto y da la sensación de ser resistente a los arañazos, algo que no he podido probar durante este tiempo, pero de lo que puedo dar fe como usuario de un Series 7. También conservamos la resistencia al agua.
En el canto izquierdo tenemos el botón de acción físico, al corona digital y el micrófono, mientras que a la derecha tenemos el altavoz. El botón sigue siendo magnífico, sin clickear lo más mínimo y con un recorrido agradable. No obstante, habría agradecido algo de relieve, aunque fuera sutil, para mejorar el agarre con las manos mojadas o sucias. Sobra decir que no podemos personalizar el comportamiento del mismo, sino que está limitado a abrir la multitarea o lanzar los pagos móviles.
La corona es pura fantasía. Habla alguien que ha analizado prácticamente todos los relojes inteligentes potentes de 2022 y os puedo asegurar que ninguna corona le hace sombra a la de los Apple Watch. El recorrido y la retroalimentación háptica que ofrece todavía no tienen rival. La corona, por cierto, es el sensor que nos servirá para hacernos un electrocardiograma.
En la parte inferior, hecha de cristal y cerámica, tenemos los sensores biométricos, a saber: el sensor de ritmo cardíaco, el SpO2 y el sensor de temperatura que no es visible a simple vista. Está ahí y funciona (para qué lo veremos más adelante). También tenemos la base de carga inalámbrica y la información del dispositivo. Nada más y nada menos. Las diferencias estéticas con respecto al Series 7 son nulas.
En cuanto a la correa, me gustaría lanzar un mensaje de tranquilidad y concordia a los usuarios que coleccionan correas como si no hubiera un mañana. Si tenéis correas de un Apple Watch anterior, calma, porque son perfectamente compatibles con el nuevo reloj de Apple.
Pantalla: la de un Apple Watch
Como era de esperar, la pantalla del Apple Watch Series 8 es la misma que la del Apple Watch Series 7. No hay cambios, ni uno, en este apartado, así que la experiencia es la misma que tuvimos con la del Series 7, que sí supuso un cambio interesante con respecto al Series 6.
El dispositivo incorpora una pantalla Retina OLED LTPO de 1,6 pulgadas (352 x 430 píxeles) en la versión de 41 milímetros y de 1,8 pulgadas (396 x 484 píxeles) en la de 45 milímetros, en ambos casos con un brillo máximo de mil nits. El frontal, que está ligeramente curvado por los laterales, está muy bien aprovechado, algo a lo que ayuda que su formato sea cuadrado. La pantalla es grande e ideal para leer textos largos, como un mensaje de WhatsApp, o ver la carátula si ponemos una foto.
La pantalla se ve y responde perfectamente, en pocas palabras. Incluso a plena luz del día es posible ver información e interactuar con el reloj sin forzar la vista. El brillo automático también funciona perfectamente, aunque las opciones de personalización del brillo sigue siendo escasas en la app para iOS.
También tenemos modo Always On, que consume más batería y, aunque puede ser útil para ciertos contextos, lo cierto es que lo más probable es que no la aprovechemos demasiado. Podemos activarla si queremos desde la app (hay que buscar la opción «Mostrar siempre»), pero lo cierto es que no aporta demasiado (ni en este ni en ningún reloj, todo sea dicho).
Para despertar la pantalla podemos o bien hacer el gesto de mirar la hora, o bien pulsar uno de los botones o la propia pantalla. Sin novedades, para bien, en este aspecto ya que es un sistema que Apple tiene muy pulido y que funciona muy bien.
Mención especial para el modo cine, que desactiva el encendido de la pantalla, y para el modo sueño, que desactiva el encendido y las notificaciones si lo tenemos configurado correctamente en el iPhone. Y es algo que nos interesa, porque solo así podremos analizar el sueño. De eso hablaremos más adelante.
En lo referente a carátulas, hay un abanico enorme de opciones e infinidad de posibilidades de personalización, porque si algo tienen los Apple Watch es una enorme comunidad volcada con el dispositivo y sus opciones de personalización. Además, con watchOS 9 todas las watchfaces nuevas, incluidas las de Nike, están disponibles en todos los relojes compatibles. No nos vamos a quedar sin opciones, vaya.
Rendimiento: el de un Apple Watch, pero con un sensor nuevo
En este apartado es donde encontramos las principales diferencias entre el Apple Watch Series 7 y el Apple Watch Series 8. Concretamente, en dos apartados: el procesador (… o no) y el nuevo sensor de temperatura que sirve para una cosa muy concreta relacionada con el ciclo menstrual. Por lo demás, el Series 8 es clavado al Series 7 en todos y cada uno de los aspectos, ya que las novedades jugosas vienen en forma de software y watchOS 9 también está disponible para los relojes antiguos de la compañía.
Empecemos por el procesador. Desgraciadamente, aunque en la ficha técnica se diga que el Apple Watch Series 8 usa un procesador S8, lo cierto es que es la misma CPU que la que encontramos en el Series 7 y en el Series 6, algo que sabemos gracias al identificador del mismo: T8301. Habrá alguna diferencia para darle soporte al nuevo acelerómetro, giroscopio y sensor de temperatura, pero a efectos prácticos es el mismo chip de 32 GB y dos núcleos que vimos en el Series 6, en el Series 7 y el nuevo Watch SE y Watch Ultra.
Eso casa con la idea de que Apple solo presuma de que el chip S8 tiene un 20% más de rendimiento que la generación anterior en el Apple Watch SE de segunda generación, ya que el Watch SE de primera generación tenía el chip S5, que es más antiguo y menos potente. En resumidas cuentas, el rendimiento esperable es exactamente el mismo que el que teníamos en el Series 7, reloj que llevo usando un año como reloj personal y con el que cual no he apreciado diferencia alguna.
De hecho, este apartado no pasa por hablar de las mejoras en rendimiento a nivel de puro hardware, sino que pasa por abordar watchOS 9. Eso es una buena y una mala noticia. La buena, es que si tienes un Apple Watch también tendrás todas estas novedades. La mala es que casi todas las novedades del Apple Watch Series 8 dependen, precisamente, de watchOS 9, ergo no son exclusivas. A nivel de lenguaje de diseño, interfaz y usabilidad, el sistema operativo es exactamente igual que la versión anterior. Sin embargo, hay algunas novedades más o menos interesantes que conviene destacar.
La primera es la nueva app de brújula. Si nos llamó la atención en el Watch Ultra, también lo hará en el Watch Series 8 porque es, en esencia, la misma. Además de ofrecer un montón de información, permite establecer puntos de referencia y retorno a los que volver usando el GPS en el caso de que nos perdamos durante una ruta de senderismo, por ejemplo. Funciona incluso sin conexión a Internet. Muy útil, pero seguramente no la acabemos usando a menudo (afortunadamente).
Otra novedad es la app de medicación, que permite a los usuarios configurar una lista de medicamento, horarios y avisos para tomarse la medicina, suplementos, etc. De nuevo, algo que está bien que esté implementado de forma nativa pero que, salvo casos concretos, acabará pasando totalmente desapercibida si no tomamos medicamentos. La siguiente novedad reseñable es el sueño, pero más adelante ahondaremos en ella.
Y poco más, realmente. Algo que conviene destacar es la detección de accidentes de tráfico, que no hemos tenido la desgracia de tener que probar en nuestras propias carnes. Gracias a los sensores mejorados, el reloj es capaz de detectar cuándo hemos tenido un accidente de tráfico y llamar automáticamente a emergencias. Bien tenerlo, pero si tenemos un iPhone 14 no la necesitaremos porque los iPhone 14 también incluyen esta tecnología.
Por lo demás, el reloj sigue siendo igual que el Series 7, que era (y es) un reloj excelente. La integración con el iPhone y el ecosistema de Apple es sobresaliente, podemos responder notificaciones y llamadas, pagar, hacer de todo con Siri, descargar una infinidad de apps desde la App Store… Todo lo bueno a lo que nos tiene acostumbrados Apple sigue estando presente y dejando al
Apple Watch en el podio de los relojes inteligentes.
Pasamos así a hablar de la salud. El Apple Watch puede medir nuestra frecuencia cardíaca durante todo el día en tramos de unos cinco-diez minutos, aunque lo hace de forma continua durante el ejercicio. Sin novedades en este aspecto. También seguimos tenido el ECG (electrocardiograma) y, como novedad, la posibilidad de activar el historial de fibrilación auricular.
Por supuesto, el Apple Watch Series 8 mide el nivel de oxígeno en sangre. También lo hace en tramos de cinco-diez minutos e incluso por la noche (para detectar la frecuencia respiratoria), algo útil para detectar signos de posibles apneas. Ahora bien, el aviso parroquial de siempre: el Apple Watch no es un dispositivo médico, así que, ante la duda, siempre, siempre, siempre lo mejor es acudir a un médico.
En tercer lugar tenemos el sueño, que ahora sí es útil. ¿Por qué? Porque watchOS 9 trae, por fin, el despiece por fases y con bastante precisión, he de decir. Podemos ver cuándo tiempo hemos estado en vigilia, en sueño REM, en sueño ligero y en sueño profundo, ver cómo ha variado nuestra frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y, cómo no, la temperatura de la muñeca.
Porque sí, el Apple Watch Series 8 trae el sensor de temperatura corporal, que realmente funciona gracias a dos sensores: uno para la piel y otro para la temperatura ambiente. De esa forma, el reloj es capaz de medir con más precisión los cambios de temperatura. ¿Para qué? Pues… ese es el tema: depende.
Por un lado, este sensor solo funciona por la noche (cada cinco segundos, para ser exactos) y lo que nos muestra en la app es la variación de temperatura. Se puede acceder al histórico de temperaturas, pero no es intuitivo. Para que el reloj empiece a medir la temperatura necesita cinco sesiones de sueño, cuando en otros relojes es inmediato.
¿Para qué queremos el sensor de temperatura? Por un lado, tanto hombres como mujeres pueden valerse de esos datos para ver cómo afecta a su bienestar la ingesta de alcohol, el ejercicio e incluso una enfermedad. Eso sobre el papel. La realidad es que, en el caso del público masculino, el sensor puede pasar un poco desapercibido. Yo, de hecho, apenas me he percatado de su funcionamiento durante el análisis.
En el caso de las mujeres, la cosa cambia. El sensor de temperatura se puede usar, junto a la app de «Control de ciclo», para tener una estimación retrospectiva de la ovulación. La temperatura del cuerpo suele descender justo antes de la ovulación y aumentar tras la misma, datos que usa el Apple Watch para ayudarnos a planificar o prevenir un posible embarazo. Y me encantaría hablar de cómo funciona, comparar los datos de mi Apple Watch con la observación de mi ginecólogo y sacar conclusiones, pero es imposible por motivos evidentes.
El resto de funciones relacionadas con la salud son ampliamente conocidas. El reloj nos permite analizar nuestra actividad física, tener un informe del ruido de nuestro entorno, analizar nuestra movilidad (como la longitud del paso, la estabilidad al andar, etc.), el peso… Opciones hay muchísimas, pero en gran medida depende del usuario poner de su parte para ir añadiendo métricas con cierta periodicidad.
Hacer deporte con el Apple Watch
Nos vamos acercando al final, no sin antes hacer una parada para hablar del deporte. De nuevo, una función que ya era buena en los Apple Watch anteriores y que ahora mejora no gracias al Apple Watch Series 8, sino a watchOS 9. ¿Por qué? Porque se ha mejorado la app para ofrecer nuevas vistas de la sesión, zonas de frecuencia cardíaca y entrenamientos personalizados, entre otras cosas. También, para aquellos que hagan triatlones 1) para mí, sois héroes y 2) ya tenéis un modo para vosotros: multideporte.
El problema es que estas nuevas vistas no están disponibles en todos los deportes. En «Correr», por ejemplo, sí aparecen, pero no en «Andar» o en «Tenis». Asimismo, para interactuar con ella tenemos que deslizar en la pantalla, algo que no suele funcionar bien con las manos mojadas o sudadas, o con una corona que no siempre es cómoda de usar en movimiento.
Estas nuevas vistas nos permiten ver el tiempo, pulsaciones y distancia, las zonas de ritmo cardíaco, el tiempo en zona y la FC media, el ritmo parcial y el desnivel. Desde la app podemos acceder a todos estos datos, así como al informe generado por el GPS (bastante preciso en exteriores, por cierto). Se pueden añadir métricas más técnicas, como la longitud de la zancada, el tiempo de contacto con el suelo y la oscilación vertical. También es posible controlar la música durante el ejercicio.
Dicho lo cual, yo barro para casa o, mejor dicho, para la pista de pádel. Juego al pádel. Yo y millones de personas en España, país con más jugadores de pádel federados del mundo. Va siendo hora de que haya un modo deportivo pensado para los jugadores de pádel. Porque si hay ráquetbol, squash, pickleball, lacrosse y curling, seguro que se puede añadir un modo de pádel como lo hay de tenis. O de crossfit, que también es una práctica popular.
Es más, me quedo con las ganas de ver cómo Apple aprovecha los nuevos acelerómetros y giroscopios para, por ejemplo, medir la cantidad de derechas y revés que das, la calidad de los golpes o el mismo GPS para medir la distancia recorrida durante un partido. No creo que sea pedir mucho y hasta aquí mi charla TED.
Batería: la de un Apple Watch
¿Qué tienen en común los unicornios y las especificaciones de la batería de los dispositivos Apple? Que nunca los vas a ver. Extraoficialmente, el Apple Watch Series 8 tiene 282 mAh en la versión de 41 milímetros y 308 mAh en la de 45 milímetros. Para que nos hagamos una idea, el Apple Watch Series 7 de 41 milímetros tiene 284 mAh y el de 45 milímetros 309 mAh. La diferencia es, básicamente, despreciable.
Por eso tenemos exactamente el mismo rendimiento. Recordemos que el procesador es el mismo y la pantalla es la misma, así que era de esperar que al experiencia fuese la misma. Apple dice que el dispositivo tiene hasta 18 horas de autonomía y en mi experiencia sí, el dispositivo llega al día de uso sin problema. Aquí, sin embargo, hemos de destacar que no suelo usar el GPS, una de las cosas que más batería gastan.
Habiéndolo cargado por la noche, llevándolo puesto todo el día recibiendo notificaciones, llamadas, etc., y llevándolo puesto para dormir, el reloj ha amanecido con un 30% de batería restante, teniendo que cargarlo a mediodía para llegar al final del día. Si usamos el GPS o registramos una sesión deportiva, tocará darle un chute rápido por la noche para poder llevarlo durante el sueño.
En ese sentido, con watchOS 9 llega la función de ahorro de batería, que desactiva la pantalla Always On, limita los sensores y desactiva el WiFi y los datos móviles. Con esta función puedes sacarle algunas horas más de uso, pero no va a conseguir que pases tres días sin cargar el reloj. Por ahora, toca cargarlo cada día o cada día y medio, más o menos. Sobra decir que es una función de watchOS 9, no del Apple Watch Series 8, así que se puede usar en todos los relojes compatibles.
Y hablando de la carga, no hay avances significativos con respecto a la generación anterior. El Apple Watch Series 8 se carga en alrededor de una hora, como su antecesor. Es una carga correcta en lo que a tiempo se refiere, pero va siendo hora de que mejore la autonomía un poquito.
Apple Watch Series 8, la opinión
Seremos claros y directos: si tienes un Apple Watch Series 6 o Series 7, quédate ahí. El Apple Watch Series 8 no ofrece nada extremadamente llamativo como para justificar el cambio. Es un buen smartwatch, de los mejores dentro de la gama alta y el que mejor se entiende con los iPhone, sin duda, pero es que también lo eran sus antecesores.
El problema que tiene el Apple Watch Series 8 es que gran parte de sus novedades son dependientes del software, watchOS 9, software que también llega al resto de dispositivos de Apple. Básicamente, la inmensa mayoría de las novedades del Watch Series 8 están disponibles en sus hermanos pequeños (desde el Watch Series 4),
Estamos de acuerdo en que el Apple Watch Series 8 no revoluciona nada ni llega con grandes cambios, pero es el mejor reloj para un iPhone. Y ese es el tema, ahí es donde Apple tiene ventaja. La cosa con el Apple Watch Series 8 es que no nos vamos a equivocar. Vamos a hacer una compra cara, porque lo es, pero sabemos que todo funcionará perfectamente y que tendremos la experiencia más completa.
Con esto no quiero decir que no proceda hacer mejoras. Va tocando aumentar la autonomía, pulir los modos deportivos y aprovechar mejor el sensor de temperatura. Es, como vemos, una mejora incremental con respecto al Watch Series 7, un buen smartwatch y un dispositivo recomendable, pero en ningún caso una revolución en sí misma.