Aunque, en este 2020, la pandemia por el covid-19 impide a la mayoría de ecuatorianos hacer su tradicional visita a la tumba de sus muertos en el Día de los Difuntos, es importante recordar cómo nace ésta arraigada tradición ecuatoriana.

Cada 2 de noviembre, Ecuador celebra el Día de los Difuntos. Es un feriado nacional, en el que se honra la vida de los seres queridos que han partido de este mundo.

La celebración del Día de los Difuntos consiste en vigilias y visitas a los cementerios, donde se llevan, principalmente, ofrendas florales y en algunos casos comida tradicional a los difuntos.

Pero… cómo nace el Día de los Difuntos, también llamado Día de los Finados. Esta conmemoración coincide con la celebración católica de Todos los Santos. Al igual que otras festividades, en esta celebración se mezclan antiguas tradiciones o ritos indígenas con una fiesta católica.

El Día de los Difuntos es una época de ceremonias que en Ecuador mezclan la fe católica y cristiana con la cultura indígena. Muchos campesinos acuden a los cementerios con abundante comida para compartir con sus muertos, a los que se pretende recordar y agradecer su contribución en la vida.

Es un reflejo de la relación entre los vivos y los muertos en la concepción mítica indígena. En la cultura indígena quichua, una de las minorías más importantes de Ecuador, con lengua oficial propia, las ofrendas, ceremonias y comidas junto a los sepulcros se han arraigado en la tradición popular.

Los nativos también han adoptado la fecha del 2 de noviembre como jornada en la que se recuerda a los seres queridos que fenecieron.

Los ecuatorianos tenemos comidas muy tradicionales que se preparan especialmente para el Dia de los Difuntos: la colada morada, una bebida hecha de harina de maíz negro o morado, y guaguas de pan o figuras de pan con la forma de una guagua o muñeco.