El PP envía 1,2 millones de mensajes telefónicos para pedir el voto
El PP ha iniciado este viernes una campaña de márketing de envío de 1,2 millones de mensajes a móviles pidiendo el voto para el próximo domingo. El número de teléfono de las personas a las que les ha llegado ha sido obtenido, según el partido, de una base de datos facilitada por esta empresa entre aquellas personas que han mostrado una disposición favorable a ser contactados mediante mensaje para recibir comunicaciones en alguna ocasión, no necesariamente en del ámbito político, siempre según la versión del PP.
Los populares han enviado esos mensajes pidiendo el apoyo del electorado. «Hola, soy Pablo Casado. Te pido tu voto para sumar una nueva mayoría de cambio en España frente a la crisis económica y el desafío separatista», se lee en el mensaje. El texto va acompañado de un vídeo con fragmentos de mítines del líder popular en la campaña. «Hace falta un Gobierno de verdad, al que no le tiemblen las piernas con los independentistas y que sepa superar la crisis económica», dice Casado en el vídeo.
Además de Cataluña y el miedo a la crisis, el PP ha insistido machaconamente en cada acto electoral en la llamada al “voto útil”. “Esto es como una final de fútbol, solo hay dos equipos: o gana el PSOE o gana el PP. Cualquier otro equipo podrá entrar de espontáneo en el campo, pero no marcar goles y si lo hace, serán en propia meta. Estamos en un referéndum sobre la continuidad de Pedro Sánchez. Pido el voto a los votantes de Ciudadanos y Vox para que en torno al PP le derrotemos. El voto al PP vale doble, porque se vota a un Gobierno del PP y se echa a Sánchez de La Moncloa. Todo lo demás serán votos que ayuden a Sánchez a seguir en el Gobierno”, ha dicho Casado esta misma mañana en Palencia, durante el penúltimo mitin de la campaña.
El presidente popular recuperó el fantasma de la campaña de abril, el “Gobierno Frankenstein” (en alusión a supuestas alianzas del PSOE con “independentistas y populistas”) e incorporó en la campaña abreviada de noviembre el miedo a la recesión y la “experiencia de gestión” del partido para hacerle frente. Esa novedad se tradujo en cambios de calado en la alineación con la que Pablo Casado ha acudido a las urnas. Si en abril tiró de fichajes de caras conocidas y de fuera de la política, esta vez ha colocado en puestos clave en las listas a exministros de los Gobiernos de Mariano Rajoy y de José María Aznar. “Hay una crisis como la copa de un pino” y socialismo equivale a “reparto equitativo de la miseria”, ha repetido el presidente popular en cada mitin.
Como en el debate del lunes, el líder del PP ha ignorado a Vox más allá de esas apelaciones al voto útil, y apenas ha dirigido reproches a Ciudadanos, salvo el jueves, en Valencia, cuando después de que Albert Rivera (a la baja en todas las encuestas) pidiera a los populares (al alza) que facilitaran el desbloqueo, Casado insistió en que con Sánchez no va “ni a la vuelta de la esquina” y que “comparsas [del PSOE] son otros [partidos]”.
Los sondeos muestran datos beneficiosos pero también preocupantes para el PP. Por un lado, han generado tantas expectativas (Casado ha llegado a hablar de empate técnico con el PSOE) que una notable mejora de los escuálidos 66 escaños obtenidos el pasado abril podría ahora interpretarse como un fracaso. Ninguna encuesta apunta a una suma entre el PP, Ciudadanos y Vox que les permitiera poder gobernar, pero la “caída en picado” de Cs y el auge del partido de Santiago Abascal puede complicar mucho las cosas a los populares si ese escenario llegara, porque como ha repetido Casado, su «socio preferente», con el que comparte más medidas programáticas es el partido de Rivera y no el del exmiembro del PP y ahora presidente de Vox.