Cinco ejercicios para que el niño aprenda a escribir
Ejercicios para aprender a escribir. Para que el niño maneje el lápiz con facilidad, ayúdelo a ejercitar la motricidad desde los primeros meses de vida. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp.
La escritura es una habilidad increíblemente compleja. Antes de que los niños puedan sostener un lápiz, necesitan ser capaces de sentarse y mover los brazos independientemente del cuerpo. Luego aprenderán a mover los dedos a voluntad, para que en algún momento puedan sostener un lápiz.
Para escribir, ejercicios para aprender a escribir, necesitan entender también las diferencias visuales entre las letras. Y luego necesitan recordar cómo formar esas letras. Pero para llegar a eso, su pequeño necesita dominar las formas de preescritura: líneas, círculos, cuadrados, triángulos.
Y antes de estas formas, debe permitirles experimentar con el garabateo. Al principio, el pequeño sacudirá todo el brazo, hombro, cabeza y torso, tratando de dominar el papel.
Luego irá aislando los movimientos. Anime a su niño a garabatear, no es una travesura. Es parte de su proceso de maduración, menciona Kim Griffin, creadora de la comunidad australiana Griffin Ocupational Therapy, enfocada en ayudar a niños que tienen diferencias en sus procesos sensoriales y dificultades en sus habilidades motoras (movimientos grandes) y motrices (movimientos pequeños, sutiles).
Las habilidades gruesas y finas y ejercicios para aprender a escribir son un componente esencial de la presteza de un niño para escribir. Son parte de una secuencia: darse la vuelta, sentarse, gatear, ponerse de pie y caminar.
Estos grandes movimientos forman la base de estabilidad que luego se verá expresada en el sutil trazo del lápiz. Pero para eso tendrán que desarrollar la destreza y el control con las manos, agarrar o dejar caer objetos, amasar plastilina, apilar ladrillos, ensartar cuentas.
Estas actividades están en el currículo de los pequeños por una razón, permitirles el movimiento de pinza necesario para la escritura a mano. No se trata simplemente de que son niños que crecen en la era digital y tocarán la pantalla la mayor parte del tiempo. Es parte del desarrollo de su inteligencia.
Motricidad gruesa: postura y estabilidad
Antes de que un niño pueda sujetar su lápiz con seguridad, necesita poder sentarse. Sentarse es producto del control postural, la habilidad de mantener el cuerpo estable cuando estamos quietos y cuando nos movemos. Es esencial poder controlar nuestros brazos, manos y dedos.
Imagine un edificio. Para elevarse, necesita tener fuertes fundamentos por debajo. Sin esos, se caería. Nuestro fundamento es el control postural, que se desarrolla desde que el niño nace. Inicialmente, un bebé no lo tiene, y hay que sujetarle la cabeza con cuidado. Con el tiempo, podrá sostenerla y luego incorporarse con los brazos y darse la vuelta. El tiempo en que el niño pasa boca abajo lo ayuda a adquirir estabilidad en los hombros.
Los hombros son la siguiente pieza del fundamento. Son como el piso de concreto en un edificio. Sostienen los brazos y las manos, en la manera en que el piso sostiene las paredes. Cuando hay poca estabilidad en los hombros, un niño tiene menos control de sus brazos y manos.
Ayude a su niño a desarrollar su control postural y estabilidad en los hombros:
- Quítele los dispositivos y llévelo al parque.
- Trepar es una buena manera de que los hombros se fortalezcan.
- Los columpios y los toboganes ayudan con el control de la postura.
- Caminar y correr sobre superficies inestables (como en un salta salta) también da equilibrio y resistencia.
Arrastrarse también es una buena manera de ayudar a estabilizar los hombros. Los túneles pueden servir, pero si no los tiene, puede improvisar con sacos de dormir, colchonetas y cobertores de cama. Sillas y mesas pueden proveer carreras de obstáculos.
Para niños más grandes, la bicicleta y la gimnasia o las artes marciales son buenas, pues tienen movimientos que alternan movimientos del lado derecho e izquierdo del cuerpo, así como pasos combinados.
Bailes de estilo libre, como los de Go Noodle, están disponibles en YouTube. Otros programas como Move with Lucy ayudan a los niños más puntualmente con el control de su motricidad gruesa.
Todos los movimientos que un niño hace en su primer, segundo y año de vida son la base de su desarrollo motor. Se aconseja que se lo deje boca abajo para fortalecer los músculos del cuello. Les da también información táctil, pues tiene que usar las manos para hacer presión al levantarse o girar. Es más consciente de su cuerpo. Esos sencillos movimientos, insisten los expertos de Griffin OT, alistan a su niño para el momento en que se siente con un lápiz en la mano, desafiado a escribir.
Habilidades finas para la escritura
Para sostener el lápiz, el niño necesita aislar el movimiento de los dedos del resto de la mano. Al principio usará toda la palma para sujetar sus utensilios. Cuando gane experiencia, podrá controlar los dedos. Ayude al niño:
Déjelo jugar con arena, espuma, pintura para dedos, que se ensucie. La masa de harina puede ser muy divertida, y la plastilina también es buena opción.
Las canciones con juegos de deditos, como Saco una manito son una buena manera de afinar la motricidad fina. Jugar a las ‘manos de cocodrilo’ es una buena idea para enseñar el movimiento de pinza.
Los juguetes de construcción son buenas actividades, así como los instrumentos musicales. Aprender a usar una tijera de niños y a rasgar papel son otras buenas opciones.
Cuando un niño tiene dificultades o retrasos en su motricidad, evitará estos juegos. No desista, presénteselos, especialmente en sus primeros años de vida, antes de que vayan a la escuela.
Habilidades de preescritura
Escribir a mano ejercicios para aprender a escribir es una actividad compleja, y los niños necesitan estar preparados, familiarizados con los lápices al colorear, trazar líneas de puntos y dibujar ciertas formas, como ‘palitos (horizontales y verticales) y bolitas’. Adicionalmente, permítale dibujar líneas oblicuas para letras como la v, w y x.
Colorear y dibujar no son solo entretenimiento, sino la base para la escritura y el control del lápiz.
Si al niño no le gusta colorear, encuentre a sus personajes preferidos, use marcadores, crayones y tizas de colores.
Los libros de laberintos y unir los puntos son buenos en esta etapa.
Si su niño ya está en la edad de usar un bolígrafo y papel, pero no puede y se siente frustrado, puede intentar con un stylus (pluma digital) y una tableta, siempre que no utilicen los dedos sobre la pantalla.
Percepción visual
La percepción visual es la capacidad de dar sentido a lo que vemos. No se trata de tener buena vista, sino de cómo el cerebro interpreta la información que vemos. Antes de que el niño escriba la letra, debe poder identificarla, recordar cómo se ve y entonces reproducirla.
Por eso es importante leer al niño aunque él todavía no entienda todas las letras o todas las palabras. Hacer rompecabezas, juegos de buscar letras en su entorno y nombrarlas.
El dominio del lenguaje
Si el pequeño no puede imaginar o decir una palabra, difícilmente podrá escribirla. Por tanto: ¡hable con los niños! Lean en voz alta, canten, reciten poesía, cuenten historias, conversen. Deles el material del cual van a escribir, esto es, las ideas y las palabras.