Combatir la fiebre en un niño. La fiebre es un aumento de la temperatura corporal. Por lo general, es un signo de infección. Esta es generalmente inofensiva y probablemente útil. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp.

La temperatura corporal promedio es de 37 °C, la misma puede variar dependiendo del nivel de actividad o de la hora del día.

Generalmente, las personas mayores tienen temperaturas corporales más bajas que las personas jóvenes.

Las siguientes lecturas del termómetro generalmente indican fiebre:

Temperatura rectal, del oído o de la arteria temporal de 38 °C o más, la temperatura oral de 37,8 °C o más y la temperatura de la axila de 37,2 °C o más.

Aprenda a tratar la fiebre

Cuando alguien está enfermo, el objetivo principal es aliviar la incomodidad y promover el descanso.

El tratamiento de la fiebre no acorta ni prolonga particularmente el nivel de una enfermedad.

Tratamiento de la fiebre en un niño

Los niños con fiebres relativamente altas pueden no parecer o actuar particularmente enfermos.

El tratamiento de la fiebre depende del grado de malestar.

Si el menor se siente incómodo o inquieto, estas estrategias de atención en casa pueden ayudar:

• Hágale beber líquidos.
• Vístalo con ropa liviana.
• Use una manta liviana si siente frío, hasta que pasen los escalofríos.
• No le dé aspirina a los niños o adolescentes.
• No le de a un bebé ningún tipo de analgésico hasta que hayas hablado con un médico y lo hayan revisado.
• Si su hijo tiene seis meses o más puede darle paracetamol o ibuprofeno.
• Lea cuidadosamente la etiqueta para que la dosificación sea la adecuada.

Cuándo llamar al médico

Al combatir la fiebre en un niño si su bebé tiene menos de 3 meses de edad y tiene fiebre, es importante que llames al médico inmediatamente.

Llame al médico si el niño, de cualquier edad, presenta alguno de los siguientes síntomas:

Inquietud o manera de actuar anormal, que no mejora ni siquiera con medicamentos para bajar la fiebre.

Signos y síntomas de deshidratación, como no mojar los pañales durante ocho a 10 horas, llorar sin lágrimas, tener la boca seca o negarse a beber líquidos son consecuencia de una fiebre.

Además, puede presentar rigidez en el cuello o dolor de cabeza, dolor abdominal, problemas para respirar, sarpullido, dolor o hinchazón articular.

Si la fiebre dura más de cinco días seguidos, en niños más grandes, lo más prudente es llamar al médico o asistir a una casa de salud.