Olimpiadas Especiales, donde con amor y pasión se construye un proyecto de vida inclusivo
Cuando una familia espera la llegada de un hijo, son muchos los planes y preparativos. Y siempre se espera que todo salga de acuerdo a lo planeado. Pero… no siempre es así.
Manuel Narváez, hace 11 años, esperaba con ansias la llegada de su hijo Jean Pierr. Sin embargo, quedó impactado cuando le informaron que su hijo nació con discapacidad intelectual. Era algo que él no esperaba.
El apoyo de médicos y terapeutas fue crucial para que Manuel asimilara la situación y entendiera que su hijo necesitaba aún más de él. Como Manuel, muchos padres se encuentran perdidos frente a la realidad que les tocó vivir: tener un hijo con discapacidad y sobre todo apoyarlos para desarrollarse y que puedan tener un proyecto de vida.
Ahí es donde Olimpiadas Especiales juega un papel crucial para apoyarlos en el desarrollo de herramientas que les permita superar las barreras que se encuentran a cada paso en una sociedad que aún le cuesta ser inclusiva.
Byron Sandoya, presidente de Olimpiadas Especiales en Santo Domingo de los Tsáchilas, habla de esta organización, que se ha convertido en su bandera de lucha.
Para Byron, Olimpiadas Especiales es un proyecto de vida, que primero cambió la suya y luego le ha permitido cambiar la de muchas otras personas. Crear un espacio en el que no hay personas con discapacidad y personas sin discapacidad, porque en Olimpiadas Especiales todos son iguales.
Se trata de es un equipo de voluntarios, guiados por el amor para ayudar a estos talentosos chicos a desarrollar todo el potencial que hay en ellos, reconociéndolos como seres humanos con capacidades que deben ser desarrolladas.
Carla Balseca también es voluntaria de Olimpiadas Especiales. Ella es entrenadora de Gimnasia Rítmica. Para ella el amor y la pasión por el trabajo con personas con discapacidad son la clave para luchar por la inclusión.
Y es que las personas con algún tipo de discapacidad, al igual que cualquier otra persona, tienen derechos, tienen capacidades y sobre todo tienen sueños, por los que luchan cada día.
De hecho, la pandemia por el covid-19 afectó su entrenamiento, pero no detuvo, ni a voluntarios ni a deportistas. Y el ingenio salió a flote. Y donde otros ven adversidad, Olimpiadas Especiales ve una oportunidad.
El mundo virtual fue el espacio que utilizaron para estar conectados, seguir entrenando, seguir capacitándose e incluso participar en competencias.
“Como sociedad debemos entender que las barreras que son injustas para nosotros son superiores para ellos. De allí que la lucha por una sociedad más incluyente no debe parar”, explica Byron Sandoya.
Es imperativo crea una ciudad incluyente, en lo referente a la infraestructura urbana, pero sobre todo en el respeto y en la creación de oportunidades para aquellos que tienen que luchar el doble por forjarse un lugar en este mundo.