El 6 de enero de 2019, en el sector La Victoria de la parroquia Alajuela, en Portoviejo, Silvia M. perdió la vida a manos de su exconviviente Stalin B., que ha sido sentenciado a 26 años de cárcel por el delito de femicidio.

Dentro de las investigaciones, Fiscalía determinó que el causante de la muerte fue su expareja, de quien se había separado poco antes del crimen.

Como principales elementos se presentaron los testimonios del médico legisla que practicó la autopsia, cuyo resultado determinó que la muerte fue causada por 15 heridas de arma blanca y degollamiento.

Además, se incluyeron los informes de levantamiento de cadáver, inspección técnica del lugar de los hechos y levantamiento de evidencias, en los que se detalla que el cuerpo fue encontrado a 40 metros de donde residía el sentenciado.

A esto se sumaron los testimonios anticipados de la hermana y la hija menor de 12 años de la víctima, así como de su hermano y su cuñada. Todos manifestaron que la mujer se fue del hogar por problemas de violencia intrafamiliar.

Incluso, uno de los peritos que compareció ante los jueces, estableció comunicaciones telefónicas entre el victimario y la víctima, la última vez, ambos en el mismo lugar.

También se presentó el informe de trabajo social en el que se establece la relación de agresión y de poder, corroborado por los familiares, así como que la víctima tenía una vida de sumisión y que había naturalizado la violencia.

Todas estas pruebas indiciarias llevaban al Tribunal de Garantías Penales de Manabí, integrado por los jueces Romina Vera (ponente) Orlando Arroyo y Narcisa Santana, al convencimiento de la culpabilidad de Stalin B, quien permaneció en calidad de fugitivo por un año, antes de iniciar la etapa de juicio.