“Hay que dinamitar la idea de conquista”
Pedro Salmerón es historiador, experto en la Revolución Mexicana, en las figuras de Pancho Villa y Porfirio Díaz. Desde diciembre dirige el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, «órgano de consulta en materia de historia nacional». Llegó al cargo con el nuevo Gobierno, que preside Andrés Manuel López Obrador. Preguntado sobre el asunto de la carta, la petición de disculpa del Gobierno de México al estado español, Salmerón accede a hablar, pero insiste: «Lo hago a título personal, no como director del instituto».
Pregunta. En una entrevista en 2018, recién nombrado al frente del instituto, dijo que hay que «dinamitar esa idea de que México fue un pueblo conquistado, sometido y sojuzgado». ¿Qué quería decir exáctamente?
Respuesta. Los españoles entraron a una dinámica de guerra mesoamericana. Entonces estaban enfrentadas dos coaliciones mesoamericanas. No es una lógica europea, es mesoamericana. Una de las coaliciones aprovecha la situación, la llegada de los españoles. Los metió de entrada en esta dinámica el cacique Xicomecoatl, de Cempoala -el primero al que se encuentran los hombres de la expedición de Cortés.
Para aclararnos, los españoles no ocupan el territorio y exterminan militarmente al enemigo. Lo sojuzgan y lo vuelven tributario. Como los mexica. Y antes de los mexica, los tepanecas. Y antes los acolhuas. Y antes los toltecas… En lugar de someter e imponer formas de gobierno y someterlos efectivamente al rey, lo que hacen los españoles es convertirse en los nuevos tributarios.
Salmerón dice que «al dinamitar la idea de conquista, dinamitamos la idea de pueblo conquistado». La guerra no la traen los españoles, existía de antes, defiende. La idea de conquista es una construcción basada en los escritos de los cronistas de indias y, en mayor medida, de los frailes del siglo XVII y XVIII, sobre todo Fray de Torquemada o Francisco Clavijero.
Esa noción, añade, la recupera el PRI a finales de la década de 1940. El partido único la convierte en idea dominante en base a ideas de filósofos como Octavio Paz o Emilio Uranga. ¿Por qué nos sentimos descendientes de Cuauhtémoc y no de Xicomecoatl?
P. ¿Por qué hizo eso el PRI?
R. Para hacer del pueblo un pueblo niño. Un pueblo traumado, un pueblo hijo de la chingada, de la violada, reduciendo el invento del mestizaje, que es un invento ideológico, como todo invento racial, a la violación de Cortés a la Malinche. Esa es la historia.
P. ¿Bajo qué lógica entiende el asunto de la carta de López Obrador?
R. Me parece correcto. Primero, porque López Obrador no está pidiendo al estado español que se disculpe ante la nación mexicana, inexistente en el siglo XVI. Sino que lo haga ante los pueblos originarios. A los que el estado mexicano también debe pedirles disculpas, porque cometió atrocidades igual de grandes o mayores contra los pueblos originarios, sobre todo en el siglo XIX.
Es correcto porque abona a lo que realmente queremos, la reconciliación entre nosotros mismos y así superar ese pasado. Y eliminar de una vez ese resentimiento popular que sigue habiendo contra el español.
P. ¿Usted cree que sigue existiendo?
R. Sí, lo sé. Lo he visto. Y lo combato permanentemente. Y creo que el rey Felipe podría entenderlo. Está bien. Lo que más me importaría a mí es la reconciliación.