Irán denuncia un ataque con dos misiles a un petrolero frente a la costa saudí

Un petrolero iraní ha sufrido esta madrugada dos explosiones que la Compañía Nacional de Petroleo de Irán (NIOC), propietaria del buque, ha atribuido a sendos misiles, según la agencia estatal de noticias IRNA. El navío, identificado como Sabiti, se encontraba en el mar Rojo a un centenar de kilómetros de la costa de Yeddah (Arabia Saudí). Sin embargo, cuando más tarde el portavoz de Exteriores iraní, Abbas Musavi, ha condenado el ataque, ha evitado precisar su causa.

“Las [primeras] investigaciones indican que el petrolero ha sido alcanzado dos veces en un intervalo de media hora desde el este del mar Rojo”, ha declarado Musavi antes de añadir que la tripulación estaba a salvo y que la situación se hallaba bajo control.

“Expertos técnicos están a bordo investigando el motivo de la explosión, pero consideran que ha sido un ataque terrorista”, informaba por su parte la agencia Tasnim, próxima a la Guardia Revolucionaria. “Afortunadamente, la tripulación está a salvo y el buque se encuentra estabilizado”, añade la fuente que no obstante precisa que “los dos depósitos principales están dañados, lo que ha provocado un escape de crudo”. IRNA asegura, no obstante, que el vertido está ya controlado.

Las autoridades iraníes aún no han comentado el incidente. Tampoco Arabia Saudí ha hecho declaración alguna al respecto. Pero si se confirma, sería el tercer petrolero iraní que tiene problemas en esta zona del mar Rojo en los últimos seis meses. De momento, el Brent ha respondido con una subida de un 2,1 % hasta los 60,36 dólares por barril.

“Estamos al tanto de las informaciones, pero no tenemos más información”, ha respondido un portavoz de la V Flota estadounidense, con base en Bahréin, citado por Reuters.

El caso se produce cuando aún no se han calmado las tensiones regionales por el bombardeo con drones contra dos importantes infraestructuras petroleras de Arabia Saudí, del que este país responsabilizó a Irán a pesar de que los rebeldes Huthi de Yemen se atribuyeron la operación. El ataque, el más grave de ese tipo sufrido por el reino, redujo casi un 6 % la producción global de petróleo. Además, seguía a varios meses de incidentes en aguas cercanas al estrecho de Ormuz, por el que cruza una quinta parte del crudo que se consume en el mundo.

Estados Unidos culpó a Irán por los sabotajes contra seis petroleros de diferentes nacionalidades que se produjeron entre mayo y junio pasado en el mar de Omán, frente a las costas de Emiratos Árabes Unidos (EAU). También en junio, la Guardia Revolucionaria de Irán derribó un dron espía estadounidense, lo que llevó al presidente Donald Trump a ordenar un bombardeo de represalia, solo abortado en el último minuto. Al mes siguiente, Irán capturó un navío británico, el Stena Impero, en aparente represalia por la detención en Gibraltar de un buque cisterna iraní cargado de crudo para Siria.

Ese suele ser también el destino que se sospecha de los petroleros iraníes que navegan por el mar Rojo con destino al canal de Suez, ya que debido a las duras sanciones de EE. UU., Irán tiene muy difícil vender su crudo a otros países.

NIOC describe el Sabiti como un navío “Suezmax”, lo que significa que se trata de un buque cisterna del mayor tamaño que puede atravesar ese canal. Tras lo ocurrido, el petrolero ha cambiado su rumbo y, según información de la web de recopilación de datos Refinitiv, se dirige a la isla iraní de Larak, en el estrecho de Ormuz. “Ningún país ha ofrecido asistencia”, ha declarado un portavoz de la Compañía Nacional de Petroleros de Irán, citado por los medios locales.