Carlos Mesa: “Para la legitimidad de este Gobierno es clave la convocatoria de elecciones”
Carlos Mesa Gisbert (La Paz, 1953) fue el principal adversario de Evo Morales en las elecciones del pasado 20 de octubre. Presidente de Bolivia entre 2003 y 2005, después optó por retirarse de la primera línea. Regresó para liderar la coalición Comunidad Ciudadana en los últimos comicios y desde que el escrutinio electrónico se interrumpió al poco de cerrar las urnas denunció un intento de fraude. Según los resultados difundidos finalmente por el Tribunal Supremo Electoral, Morales, que se mantuvo casi 14 años en el poder, ganó sin necesidad de un desempate en la segunda vuelta. Mientras una oleada de protestas sacudía el país, la Organización de los Estados Americanos (OEA) realizó una auditoría que detectó varias irregularidades. El informe se conoció el pasado domingo. El exmandatario, hoy asilado en México, primero anunció una repetición de las elecciones y horas más tarde renunció. Mesa, que tuvo una formación política de izquierda, es escritor, ensayísta y periodista. Defiende que el Gobierno interino encargado de convocar nuevas elecciones debe hacerlo cuanto antes. “Es muy importante que la comunidad internacional y el país sepan que se ha definido un día y una hora para las elecciones”.
Pregunta. ¿Es consciente de que fuera de Bolivia muchos han visto lo que ha pasado en el país como un golpe de Estado, o un proceso parecido a un golpe de Estado, sobre todo por el papel que tuvo el jefe del Ejército? ¿Cuál es su posición?
Respuesta. Empecemos por decir que el presidente Evo Morales en su tercer mandato vulneró la Constitución, empecemos por decir que el artículo transitorio de la Constitución de 2009 establece con claridad que todos los períodos presidenciales anteriores a la aprobación de la Constitución de 2009 se contarán como válidos en la limitación de dos períodos consecutivos como máximo. Morales había sido presidente de 2010 a 2015 en su segundo período. El Tribunal Constitucional interpretó que como habíamos cambiado el nombre del país, este era un nuevo país y no se podía considerar ese artículo transitorio. Por tanto, ya este período que ha terminado es inconstitucional. El presidente consultó en un referéndum la modificación del artículo 168 y el pueblo le dio la espalda. En consecuencia, tenemos una primera vulneración de la Constitución, una segunda vulneración, una candidatura ilegal. Y en sus dos últimos períodos el presidente ha controlado los cuatro poderes del Estado. Este es un golpe de Estado, un golpe de Estado de hecho. Finalmente, hay un fraude monumental reconocido por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en el informe de la misión de observación electoral, en el informe final y en el discurso del secretario general de la OEA. No puede ser posible que con esos elementos incontrastables el autor de un fraude se permita decir que hay un golpe de Estado después de 21 días de resistencia pacífica del pueblo boliviano.
P. Pero hizo una declaración el jefe del Ejército.
R. En un momento dado, hubo una frase de las Fuerzas Armadas desafortunada, no voy a desconocerlo. Combinaba dos cosas, la decisión de las Fuerzas Armadas de no salir a enfrentar al pueblo y en ese contexto el comandante sugiere que el presidente dé un paso al costado. ¿Debía decirlo? No. ¿Podía decirlo? No. Que esa frase haga olvidar esos antecedentes y se transforme en un golpe de Estado es inaceptable.
P. El domingo, la OEA recomendó celebrar nuevas elecciones y Morales anunció una convocatoria electoral. ¿Eso no era suficiente?
R. Morales convoca elecciones sin mencionar una palabra del informe de la OEA de horas antes. Cuando en Radio Panamericana le preguntan por el informe, lo descalifica y dice que tiene una influencia política. Él no plantea un proceso electoral en los términos que marca la OEA.
P. Pero él ese día decide anunciar elecciones tras el informe de la OEA.
R. No. Decide convocar elecciones porque no tiene ya las condiciones adecuadas para gobernar Bolivia. El seguimiento de los hechos, negar que hubo fraude, negarse a convocar una segunda vuelta o forzar el TSE [Tribunal Supremo Electoral] a cerrar el cómputo marca la línea distractiva del presidente Morales. En ese momento la convocatoria de elecciones en la lógica de Morales era insuficiente para el conjunto del país que lo que le estaba pidiendo era su renuncia. Pero asegura que el golpe de Estado lo da un general sentado en una silla que dice «sugerimos que dé un paso al costado»… ¿Hubo un movimiento, tanques en la calle?
P. Entonces, ¿por qué el todavía comandante de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, hace ese pronunciamiento?
R. Esa es una pregunta que le tendrá que hacer a Kaliman, no a mí.
P. ¿Qué sensación tiene de lo ocurrido en los últimos días?
R. Morales generó violencia. Siendo presidente convocó a los movimientos que lo siguen para bloquear la ciudad de La Paz. El presidente, tan admirado por la izquierda latinoamericana y europea con su mala conciencia rousseauniana, plantea estando en el Gobierno el bloqueo a sus compatriotas. La comunidad internacional hace un escándalo por la vejación que sufrió la alcaldesa de Vinto [del partido de Evo Morales], criticable e inaceptable. Ese mismo día un joven de 20 años fue brutalmente asesinado por militantes del MAS, a golpes, le destrozaron la cabeza. Nadie dijo nada sobre ese asesinato.
P. Sí. Este periódico, sí.
R. No sé si en la misma dimensión.
P. Nos referimos a ambos casos.
R. Pero en términos generales, el Gobierno se encargó de mostrar a la señora pintada de rojo, lo cual es terrible, y este muchacho asesinado brutalmente no.
P. Volviendo a la pregunta.
R. Estos elementos se sumaron a una decisión expresa de Morales. ¿Qué hizo? Instruir su renuncia, la decisión de [el exvicepresidente Álvaro] García Linera, de la señora [Adriana] Salvatierra, que ahora reniega de la renuncia a la presidencia del Senado, y de la presidencia de la Cámara de Diputados. Nos dejó sin sucesión constitucional, con la intención de generar caos, vacío de poder, complicarnos la vida porque el MAS tiene dos tercios en la Cámara Alta y la Cámara Baja. Además, decide irse dejando vacante el cargo. Entonces, la sucesión se lleva adelante a través de una correcta interpretación del Tribunal Constitucional, que establece de acuerdo a una declaración del año 2001 actualizada en 2019 que ningún país puede quedar con vacío de poder. En ese momento se da por automático el hecho de que habiéndose producido la renuncia de los cuatro niveles de la sucesión viene inmediatamente el cargo más próximo en la Cámara de Senadores, que es la señora Jeanina Áñez.
P. ¿Y por qué el mismo Tribunal Constitucional que avala la reelección de Morales ahora da el visto bueno a Áñez?
R. Porque estamos en una situación de crisis dramática, de un poder electoral en manos del MAS. Desconozco las razones por las que el presidente del Tribunal Constitucional, probablemente en un acto de expiación de carácter político… Pero no me corresponde a mí decirlo. Que el Constitucional haya hecho algo mal no le exime de hacer algo bien después. Es evidente, además, que en esas 48 horas hubo una negociación en la que participó la comunidad internacional para intentar hacer entrar en razón a los representantes del MAS. No hubo posibilidad de llegar a un acuerdo.
P. ¿Le consta a usted que haya sucedido todo esto?
R. No voy a ir más allá que eso. Esas 48 horas fueron un intento al máximo de conseguir un resultado por la lógica de una Asamblea Constituyente. Afortunadamente existía esa declaración del año 2001.
P. ¿Las últimas declaraciones de Adriana Salvatierra, en las que rectificó y dijo que no había dimitido formalmente, no pueden cambiar el escenario?
R. No, porque la declaración del Constitucional es el derecho que tiene ese tribunal sobre cualquier interpretación que se quiera hacer de la Constitución. Y un señor que está en el exilio no puede bloquear la gobernabilidad de un país.
P. ¿Qué le parece el Gabinete de Jeanine Áñez?
R. Creo que el Gabinete de la señora Áñez no debe ser juzgado en función de las personas y su afiliación política sino a lo largo de lo que haga en este período cortísimo que ella tiene. Primero, la presidenta ha dado señales de sentido democrático y decisión. Segundo, este Gobierno tiene un solo objetivo que es la convocatoria de un proceso electoral. Tercero, tiene una obligación: neutralidad, independencia e imparcialidad con respecto al proceso electoral. Asumo que ella tiene que nombrar un Gabinete y que está vinculado a su militancia política, pero no puedo ni debo juzgar. Serán sus actos los que lo definan. Además, queda medio Gabinete por nombrar.
P. Pero de momento hay perfiles ultraconservadores.
R. Los perfiles pueden ser los que son. En este caso hay que entender la circunstancia de emergencia y el origen político de la presidenta, que tiene que apoyarse en alguien. Creo que lo que ha hecho es lo correcto.
P. La Constitución le da tres meses para convocar elecciones, Áñez ha dicho que convocará lo más pronto posible pero aún no lo ha hecho.
R. Aquí hay dos desafíos. La pacificación, que es una prioridad urgente. Entiendo que además del control del orden por la vía de la Policía debe trabajar en la apertura de un diálogo con los sectores movilizados para hacerles entender que el camino correcto es el proceso electoral. Eso es importantísimo. Segundo, para la legitimidad de este Gobierno no solamente de cara al país sino a la comunidad internacional es clave el pilar de la convocatoria de elecciones. En ese contexto, creo que es imperativo, y si pudiera aconsejarle a la presidenta, creo que no deberíamos pasar de este domingo para que haya una convocatoria oficial al proceso electoral. Idealmente con una fecha de caducidad, tanto del período que le corresponde a ella como de la fecha para la realización de las elecciones. Entiendo perfectamente y lo he consultado con expertos en el tema, que dicen que lo posible puede ser fines de febrero y lo ideal podría ser abril. Pero no sé si los tiempos le dan.
P. Pero más allá de los tiempos hay que decirlo.
R. Lo que me parece imperativo es que la presidenta establezca una norma. Hay una dificultad, que se llama Asamblea Legislativa Plurinacional. En teoría, es la Asamblea la que tiene que llevar adelante esa convocatoria. Si la bloquea por la mayoría del MAS, creo que sería pertinente una declaración con un decreto de excepción. Estoy hablando a título estrictamente personal. Pero es muy importante que la comunidad internacional y el país sepan que ella ha definido un día y una hora para las elecciones.
P. Las protestas y sus líderes, con nombres como Camacho y Pumari que actuaron casi de espaldas al resto de dirigentes y manifestantes, han trasladado una imagen de oposición ultraconservadora, nítidamente de derechas.
R. Empecemos por una cosa. Ser de izquierdas, de centro y derechas es una definición del siglo XX que no cuadra en estos momentos. Segundo punto: ser de derecha ultraconservadora es un derecho. Cualquier ciudadano puede ser de derecha ultraconservadora, de izquierda radical, de centro liberal, de centro socialdemócrata. Parece que hubiera un mundo de buenos y malos. Yo estoy muy lejos de los ultraconservadores, no comparto su ideario en absoluto. Pero respeto profundamente a todos mientras respeten la democracia. En eso soy de un republicanismo liberal radical. Dicho esto, a la oposición boliviana a Evo Morales le haría un monumento. Porque ha sufrido un Gobierno autoritario, que ha utilizado a los fiscales para perseguir. No es que Morales no haya tenido méritos, que los ha tenido, el gran problema de Morales es que ha envilecido, corrompido y cooptado al mundo indígena. Y ha cometido flagrantes actos de vulneración de la Constitución por no hablar de la cantidad de irregularidades insólitas, contratos directos, escoger a dedo. Lo que me indigna es la visión idílica que se tiene del presidente Morales.
P. Tampoco existe una visión idílica.
R. Si hoy día estamos discutiendo de si a un señor que hizo un fraude monumental, que es un candidato ilegal, le dieron un golpe de Estado. El golpe de Estado lo da quien hace el fraude. Yo soy víctima de un fraude monumental y tenía el derecho a la segunda vuelta. Y a pesar de ello no hice un reclamo constitucional y no planteé una insurrección. Creo que haberme comportado con un respeto para entender la crisis.
P. Cuando se convoquen elecciones, ¿usted volverá a encabezar la candidatura de Comunidad Ciudadana?
R. Nuestra alianza se mantiene inalterada. Y estableceremos una candidatura de Comunidad Ciudadana. Cuando digo candidatura en abstracto no quiere decir que no la vaya a tener. Pero tenemos que hacer una lectura correcta y adecuada de la relación de los jóvenes con la política. Los jóvenes nos han dado una lección extraordinaria de movilización. Los jóvenes buscan renovación y yo estoy dispuesto a valorarlo. Pero se va a reconfigurar la política porque le Movimiento al Socialismo ya no va a tener a Evo Morales y Álvaro García Linera y va a quedar muy golpeado y hay un votante que está en una línea progresista que tiene que decidir si seguir a esos líderes o acercarse a otros liderazgos. Y ese es un contexto importante, hay un campo político que se está recomponiendo.