El Granada sigue soñando en lo alto
El Granada sigue soñando. Con menos brillantez que ante el Barcelona, pero con el mismo corazón y toneladas de fe, el equipo andaluz se impuso a un Leganés negado para abrazar la cuarta victoria de la temporada. Son 14 puntos los que luce un conjunto recién ascendido que se ha instalado en los puestos altos de la tabla por méritos propios. El Granada ganó gracias a una acción de calidad de Soldado, que habilitó a Puertas para que anotara de sutil toque. Los de Diego Martínez jugaron luego con su tradicional oficio cuando el Leganés apretó. La victoria sabe a gloria porque fue muy trabajada y porque asienta el objetivo primario del grupo, que no es otro que la permanencia. Esa es la meta de este grupo tan bien comandado por su entrenador, que está muy fuerte en lo físico y en lo anímico.
4-2-3-1
Diego Martínez
1
Rui Silva
15
Carlos Neva
6
Germán
22
Domingos Duarte
16
Víctor Díaz
19
Montoro
12
Cambio59′Sale Carlos Fernández
Azeez
10
1 goles27′Gol Tarjeta amarilla50′Tarjeta amarilla
Puertas
21
Yangel Herrera
23
Cambio69′Sale VadilloTarjeta amarilla65′Tarjeta amarilla
Machís
9
Cambio79′Sale MartínezTarjeta amarilla71′Tarjeta amarilla
Soldado
13
Juan Soriano
22
Siovas
12
Tarjeta amarilla86′Tarjeta amarilla
Chidozie Awaziem
4
Tarjeta amarilla79′Tarjeta amarilla
Omeruo
8
Recio
21
Cambio38′Sale Roque Mesa
Rubén Pérez
2
Cambio45′Sale ArnáizTarjeta amarilla26′Tarjeta amarilla
Marc Navarro
5
Jonathan Silva
27
Cambio70′Sale Guido Carrillo
Óscar Rodríguez
7
Braithwaite
26
Youssef En-Nesyri
3-1-4-2
Mauricio Pellegrino
Aunque nadie quiera desviarse ni un ápice del camino trazado, los puntos y las sensaciones que el Granada transmite le dan derecho, en estos momentos, para soñar con algo más importante. El Leganés, mientras tanto, sigue sin conocer el triunfo. Su situación empieza a ser bastante delicada, ya que es colista y se está descolgando de manera peligrosa. Lo intentó hasta el final, pero no tiene suerte y sus sensaciones son preocupantes. Pellegrino, en su afán por encontrar el empate, llenó de delanteros su formación en la segunda parte sin que hubiera fútbol que abasteciera a tanto atacante. Y más sin Óscar en el campo. Cuando llegó a puerta, además, se encontró con la buena actuación del meta Rui Silva, otro de los bastiones de este buen Granada, que la semana que viene visita el Santiago Bernabéu.
Las malas noticias se le acumulan al Leganés. El cuadro madrileño compite, pero está en las antípodas anímicas de este Granada al alza. Las sensaciones se comprobaron en el primer tiempo. Los de Pellegrino aguantaron bien el inicio chisposo del conjunto andaluz, traducido en dos remates con cierto peligro de Germán y Montoro. Hasta con cierta solvencia, el Leganés se fue metiendo en el partido. No supo aprovechar su momento. En especial después de un claro error de Germán que le entregó un balón con ventaja a Óscar al borde del área. El gran pase del mediapunta dejó solo a su compañero En-Nesyri. Rui Silva realizó una gran parada, que salvó al Granada. Luego, un balón en largo provocó el error de Omeruo y la salida alocada de Juan Soriano. Soldado, listo, se la dio de cara a Puertas, que marcó con un perfecto toque que por elevación superó a los zagueros del Leganés. Con la energía justa, el partido se le fue descomponiendo a los madrileños con la lesión de su capitán, Rubén Pérez, a los 39 minutos. El andaluz había jugado todo con hasta que Machís cayó sobre su rodilla.
El Leganés lo intentó en la segunda mitad. Hay compromiso, pero falta tranquilidad y pegada. El Granada fue capeando el temporal con poco fútbol, pero con un compromiso enorme. Un ejemplo fue Soldado, titánico en el esfuerzo, muy solidario como el resto de sus compañeros. Solo Recio puso en apuros a Silva en un periodo donde los cambios de Martínez, Carlos Fernández y Vadillo, no supieron dar pausa a los suyos. La cuarta victoria andaluza llegó más por su oficio y trabajo grupal, que acabó agobiando a un Leganés que reclamó un posible penalti de Martínez. El balón fue de la cabeza al brazo del defensa andaluz y el colegiado no observó voluntariedad. Ahí se esfumaron las opciones del colista.
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