Barça-Víctor Valdés, una relación insostenible
“¡El Barça ya no es el club que yo conocí!”. Una semana después de firmar su contrato como entrenador del Juvenil A, Víctor Valdés advirtió a alguno de sus amigos que su regreso al club en calidad de técnico no sería como había imaginado después de conversar con el presidente Josep Maria Bartomeu. El mismo Valdés que se desvivió para volver supo que su estancia duraría poco después de los muchos desencuentros que tuvo a su llegada con distintos estamentos del Barça. El contrato se firmó el 19 de julio y su rescisión se anunció este lunes en un comunicado del FCBarcelona-Masia.
El club informó tanto de la salida de Valdés como de su sustituto, que será Fran Artiga, hasta ahora entrenador del Juvenil B y miembro del cuerpo técnico de La Masia desde 2010. No hubo declaraciones de la entidad ni del entrenador —su único contacto fue con el departamento de recursos humanos— y para el recuerdo quedará como detonante de la rescisión el contencioso de Valdés con el responsable de la cantera, Patrick Kluivert. Algunos testigos aseguran que la reunión, el pasado viernes, fue tan salida de tono que desde entonces se imponía una decisión drástica, que era la de prescindir de Valdés.
El exentrenador del juvenil no encontró prácticamente ningún interlocutor en el club —ni técnico ni directivo— para defender su criterio y particular manera de entender la formación a partir del éxito que alcanzó la pasada temporada con el Moratalaz. El método de Valdés se llama Futtack y los jugadores se ordenan como si fueran piezas de ajedrez —los centrales son peones, los extremos alfiles y los laterales torres—, un plan que ya había explicado en foros como la Federación Catalana de Fútbol. A los futbolistas azulgrana les costaba asimilar tanto las indicaciones de su entrenador como la manera que tenía de montar las alineaciones sin atender las indicaciones de los rectores de La Masia.
A Valdés no le importaba prescindir en determinados partidos de las figuras recomendadas por el club —como Ilaix Moriba—, ni cambiar a tres futbolistas en el descanso —ocurrió en Dortmund— ni tampoco permutar a los jugadores de sitio ni desviarse del 4-3-3 para jugar a partir de un 4-4-2. Aunque entiende que su pedagogía y sus formas pueden resultar controvertidas, sobre todo con los empleados, Valdés considera que nadie le argumentó ni convenció de que tenía que cambiar, y menos Kluivert. Tampoco encontró consuelo en los responsables del fútbol base porque fue una apuesta de Bartomeu. “Fue un fichaje de cara a la galería”, sostienen fuentes del propio Barça. A juzgar por quienes le conocen bien, los mismos que sostienen que no le dejaron trabajar, Valdés se siente “más liberado que dolido” por una destitución que estaba cantada desde el sábado cuando fue apartado y no pudo viajar con el equipo a Tarragona. Las mismas fuentes aseguran que nunca encontró facilidades para su tarea y además cada uno de los incidentes fue desvelado para forzar su adiós del Barça.
“Valdés nos pide tiempo para unir sus ideas con el modelo Barça”, afirmó Silvio Elías, directivo del Barça B y del juvenil A en una entrevista al diario Sport. “¿Y quién no quiere ascender cuando sabe que es válido?”, añadía cuando se le preguntaba por la ambición del exportero. “Prefiero frenar un caballo potente que no tener que dar cuerda a uno que no tiene aspiraciones. Con la ilusión y la fuerza que ha vuelto, es una noticia fantástica para el Barça”.
Un mes después, con el Juvenil A colíder en la División de Honor y colista en la UEFA Youth League, la situación era insostenible. Valdés ha tenido una mala salida como técnico después que su partida como portero tampoco fuera la esperada en 2014. Vencedor de 21 títulos y 5 zamoras, su carrera quedó truncada por una lesión de la que se recuperó en Augsburgo. Allí volvió a coger el tranvía para ir a la clínica y, desde entonces, siempre lleva tres monedas y un billete de cinco euros en el bolsillo para no olvidar su humildad. “Yo no cambio; cambió el Barça”, aseguran sus amigos que dijo Valdés —sorprendido por los reinos de taifas del club— mientras en la entidad sostienen que “su manera de proceder” no la aguanta ningún club de mundo, ni siquiera en el Barcelona.
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