Seis vaquitas marinas han sido avistadas en las últimas semanas en el Golfo de California por un grupo de científicos mexicanos. El Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina (CIRVA) ha anunciado este miércoles que durante una expedición de 11 días —del 24 de septiembre al 4 de octubre— los especialistas hallaron varios grupos de cetáceos entre los que se hallaba una madre y su cría. La vaquita marina, una especie endémica de México, se encuentra al borde de la extinción tras conocerse en 2017 que solo sobrevivían 30 ejemplares.
“No se ha acabado la esperanza”, ha dicho Lorenzo Rojas, presidente del CIRVA. Hace un año, el grupo de expertos daba por cerrada una misión para conservar a la marsopa en cautiverio. Tras una búsqueda exhaustiva y dos intentos de captura que fracasaron, los científicos decidieron suspender el plan de rescate más intensivo para impedir su extinción. En los últimos meses, los especialistas se ha dedicado a retirar las redes de pesca ilegal,conocidas como fantasma, que contribuyen a la muerte incidental de los ejemplares.
“La finalidad del crucero era documentarla. Llevamos tres años retirando redes fantasma para evitar que caigan en ellas. No estábamos enfocados en documentarla, por eso llevamos expertos esta vez”, ha explicado a EL PAÍS, Francisco Gómez, director del Museo de la Ballena y Ciencias del Mar. El avistamiento se realizó en tres días: el 25 de septiembre fueron captados la madre y su cría; el 27 de septiembre, dos marsopas adultas; y el 28 de septiembre, un grupo de entre 4 y 6 ejemplares entre los que había una cría. Los científicos apuntan a que todas las vaquitas marinas observadas pertenecen a la misma comunidad.
Las imágenes captadas muestran que existen grupos de marsopas sanas que todavía se reproducen. “Definitivamente hay más que estos ejemplares. No sabemos cuántas todavía, tenemos que cruzar los datos”, señala Gómez. Los especialistas han explicado que en enero de 2019 darán un nuevo balance sobre la población de vaquitas marinas. El Gobierno mexicano ha aportado en los últimos años tres millones de dólares para el plan de rescate, además algunas organizaciones ambientalistas se han sumado a la vigilancia del Alto Golfo de California para evitar la pesca ilegal.
El súbito descenso de la población de vaquitas marinas se intensificó hace cinco años debido al aumento del tráfico ilegal del pez totoaba. La marsopa muere de asfixia al quedar atrapada en redes de enmalle que buscan capturar totoabas. La vejiga natatoria de este pez es altamente codiciada en China donde se pagan hasta 10.000 dólares por una, bajo la creencia de que su consumo en sopa es afrodisíaco. En septiembre, fue arrestado y liberado el líder de una banda que traficaba con esta especie. En julio, un tribunal en EEUU prohibió las importaciones de pescados y mariscos capturados en el Alto Golfo de California, como medida para impedir la pesca en la región. “Es necesario redoblar los esfuerzos para proteger a la vaquita, enfocados en el combate a la pesca y tráfico ilegal del pez totoaba”, ha señalado tras el anuncio de este miércoles el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
El Gobierno mexicano ha protegido 1.800 kilómetros cuadrados del Alto Golfo de California donde la Armada mexicana ha vigilado en los últimos dos años para evitar la pesca furtiva. Ante el cambio de Gobierno en México, el próximo 1 de diciembre, todavía no es clara cuál será la forma en la que la Administración de Andrés Manuel López Obrador abordará la conservación de este cetáceo. La vaquita marina, conocida científicamente como phocoena sinus, es parecida a un delfín pero con hábitos distintos. Se mantiene la mayor parte del tiempo alejado de la superficie del mar y solo lo hace para respirar. Mide, en promedio un metro y medio y pesa unos 50 kilogramos. Es el cetáceo más pequeño del mundo.