EE UU enviará mil soldados más a Oriente Próximo ante “la amenaza” de Irán
La Administración Trump subraya cada vez más la supuesta amenaza de Irán contra intereses estadounidenses. Este lunes, el Pentágono anunció el envío de 1.000 tropas adicionales a Oriente Próximo, en lo que ha calificado como “propósitos defensivos” para hacer frente a las intimidaciones del régimen de Teherán que denuncia. “Los recientes ataques iraníes validan la fiable y creíble información del espionaje que recibimos sobre el comportamiento hostil de las fuerzas iraníes y sus grupos cercanos que amenazan al personal de Estados Unidos y a sus intereses en la región», ha indicado en un comunicado el secretario de Defensa en funciones, Patrick Shanahan.
Irán, en palabras de su presidente, Hasan Rohaní, ha respondido este martes al movimiento de Washington asegurando que el país «no quiere ninguna guerra con ninguna nación», ha dicho el presidente, Hasan Rohaní. Además, el vice ministro ruso de Exteriores, Sergei Ryabkov, ha calificado de «provocación militar» la medida de EE UU, según la agencia Interfax citada por Reuters. El jefe del Pentágono insistió también en que Washington no busca un conflicto con Irán, a pesar de este aumento de tropas en la región, donde Estados Unidos ya tiene desplegados unos 20.000 militares. Shanahan ha declarado que el envío de tropas fue una petición del Comando Central norteamericano en consultas con la Casa Blanca. China, por su parte, pide a Washington que no abra «la caja de Pandora» en oriente próximo, según France Presse.
A su vez, el Pentágono mandó este lunes por la tarde un correo electrónico a un grupo de reporteros acreditados en Defensa con 11 imágenes, dos diapositivas y un documento (en lugar de ofrecer una rueda de prensa) que, según el departamento, son la demostración de la implicación de la Guardia Revolucionaria iraní en los ataques de la semana pasada contra dos petroleros en el golfo de Omán, justo a las puertas del golfo Pérsico.
Según EE UU, la documentación gráfica aportada mostraría efectivos militares iraníes retirando una mina lapa sin detonar que estaba adherida al casco del Kokuka Courageous, un petrolero de una empresa japonesa. «Irán es responsable del ataque según las pruebas de vídeo», aseveró el Comando Central estadounidense en un comunicado.
Ambos incidentes navales en aguas del golfo de Omán se produjeron justo cuando el primer ministro japonés, Shinzo Abe, se encontraba en Teherán tratando de mediar entre Irán y Estados Unidos tras la reciente escalada verbal entre estos dos países.
El presidente estadounidense, Donald Trump, responsabilizó a Irán del ataque y advirtió de posibles represalias. «No nos lo tomamos a la ligera», subrayó, declarando que el ataque tenía el sello del régimen iraní. Pese a las acusaciones de Trump, las autoridades iraníes han negado cualquier responsabilidad. La comunidad internacional mantiene cautela y ha pedido más pruebas antes de culpar a Teherán, que ayer anunció que en 10 días superará los límites de uranio enriquecido estipulado en el pacto de 2015 y del que Trump se retiró hace un año. El vice ministro ruso se ha mostrado «preocupado» por el anuncio de Teherán, según Interfax.
Sube la tensión
La tensión con el régimen de los ayatolás no ha hecho más que aumentar desde que Washington anunció el pasado abril el fin de las exenciones a la compra de petróleo iraní y la designación como grupo terrorista de la Guardia Revolucionaria. El incidente de la semana pasada llegó apenas un mes después de que otros cuatro petroleros sufrieran supuestamente ataques similares.
La zona en la que ocurrieron los incidentes se encuentra próxima al estrecho de Ormuz, por donde transita un tercio del petróleo que se comercializa por vía marítima y una quinta parte del que se consume en el mundo. La noticia hizo aumentar el precio del crudo un 4,5%, que llegó a alcanzar los 62 dólares (55 euros) por barril. También las aseguradoras evaluaron subir las primas por riesgo de guerra y algunas navieras decidieron cancelar de momento las cargas en la región.