El presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, ha asegurado este martes que ofrecerá perdón a quienes sean señalados por actos de corrupción cometidos en los años previos a su Gobierno. Aunque el político aseguró que no detendrá ningún proceso judicial que se encuentre en curso por ese tema, explicó que no se dedicará a perseguir a quienes posiblemente estén involucrados en este tipo de delitos. “He venido diciendo que no es mi fuerte la venganza y que no creo que sea bueno para el país el que nos empantanemos en estar persiguiendo a presuntos corruptos”, dijo.
López Obrador hizo esta declaraciones en una improvisada entrevista en la calle, tras llevar una ofrenda floral al sitio donde fueron asesinados dos defensores de la Revolución Mexicana, que se conmemora el 20 de noviembre. El presidente electo no profundizó sobre lo que este perdón representaría. Preguntado por este diario, el futuro portavoz de la Presidencia, Jesús Ramírez, insistió en que en ningún caso se frenarán las investigaciones que la justicia tiene en marcha, pero que desde la Presidencia no se impulsará un combate de nuevas causas previas al mandato de López Obrador, que se iniciará el próximo 1 de diciembre.
“Es un perdón, eso es lo que se está planteando. Es decirle al pueblo de México: punto final, que se acabe la historia trágica, horrenda, de corrupción e impunidad, que se acabe la política antipopular, entreguista y que comencemos una etapa nueva. Y que hacia adelante no haya perdón para ningún corrupto, que ya no se perdone a nadie y que se puede juzgar al presidente si es corrupto, a sus funcionarios, a sus familiares y que se destierre la corrupción de México para siempre”, añadió el presidente electo.
Las declaraciones de López Obrador, a 10 días de que asuma el cargo, han sorprendido a diversos sectores en México, dado que el mandatario electo insistió, siendo candidato, que una de las prioridades de su Gobierno sería el combate a la corrupción. Esa perspectiva le trajo numerosos simpatizantes hartos de la ola de corrupción durante el Gobierno de Enrique Peña Nieto y los políticos de su partido, el PRI. “Esta declaración constituye, en el mejor caso, una amnistía a los actos de corrupción y a las redes que los hicieron posibles y, en el peor, un pacto de impunidad acordado con el gobierno saliente”, apunta en un comunicado la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Incluso, la presidenta del PRI, Claudia Ruiz Massieu, manifestó su crítica a la posición que López Obrador tiene respecto al tema. “Nosotros no podemos aplaudir que se busque de parte de una persona el subvertir a la ley, el declarar amnistías y que no cumplirán con la responsabilidad que tendrán las instituciones que integran el Sistema Nacional Anticorrupción”, dijo. México ocupa el lugar 135 de 180 países, evaluados por Transparencia Internacional, en el Índice de Percepción de la Corrupción.
Esta no es la primera vez que el presidente electo de México genera polémica con declaraciones que no ahonda sobre la forma en que sus planteamientos funcionarán en la práctica. Durante la campaña, sugirió una amnistía para criminales e incluso impulsar una ley para delimitar los sectores que podrían beneficiarse de ella. El político no explicó en detalle cómo podría implementarse la amnistía, lo que molestó a los familiares de algunas víctimas que le pidieron detener la propuesta.