Perú: 13 muertos y 6 heridos cuando intentaban escapar de fiesta clandestina

Eran alrededor de las 21h00 (hora de Perú) del último sábado. Los vecinos del barrio Los Olivos, en Lima, alertan a las autoridades sobre una fiesta en un local, poco antes de entrar en vigor el toque de queda establecido a causa de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus.

Al percatarse de la presencia policial, quienes se encontraban en la fiesta intentan escapar del lugar. Se trata del Thomas Restobar, ubicado en un segundo piso.

Las escaleras del local dan justo a la calle. La estrecha puerta metálica se abre para adentro. Las personas se ponen nerviosas. Algunos empiezan a salir y en el alboroto la puerta se habría cerrado. La desesperación se apodera de la gente que lucha por salir. Muchos se asfixian y se golpean unos con otros.

Esas fueron las trágicas escenas vividas cuando las autoridades descubren la fiesta clandestina, en la capital de Perú. En el sitio se encontraban unas 120 personas, de las cuales 13 murieron (12 mujeres) y seis resultaron heridos.

El COVID 19 se suma a la tragedia de la fiesta ilegal. De acuerdo al Ministerio de Salud de Perú, 11 de los 13 fallecidos tenían coronavirus y de los 22 detenidos 15 también están contagiados. Los policías que intervinieron en el operativo han sido aislados, hasta determinar si se contagiaron al tener contacto con personas infectadas.

De acuerdo al Ministerio de Salud de Perú, 11 de los 13 fallecidos tenían coronavirus y de los 22 detenidos 15 también están contagiados.
De acuerdo al Ministerio de Salud de Perú, 11 de los 13 fallecidos tenían coronavirus y de los 22 detenidos 15 también están contagiados.

Algunas personas intentan responsabilizar a la Policía, afirmando que los uniformados lanzaron gas lacrimógeno al interior del establecimiento en el que se desarrollaba la fiesta clandestina y que además cerraron la única puerta de salida, lo que es negado rotundamente por las autoridades,

El ministro del Interior, Jorge Montoya, niega que los policías cerraran la puerta del local para evitar que se escaparan los jóvenes o que lanzaran gases lacrimógenos o emplearan algún tipo de armamento. Según las autoridades peruanas, primero empezaron a organizar la salida de las mujeres por la empinada escalera de acceso al local, pero los hombres también quisieron salir y se aplastaron entre sí.