Ismael Figueroa, líder del sindicato de bomberos de Ciudad de México, ha sufrido este viernes un ataque directo en el que ha recibido seis disparos de arma de fuego, según ha confirmado el jefe de Gobierno de la capital, José Ramón Amieva. Figueroa ha sido ingresado de urgencia en un hospital privado y se encuentra en recuperación tras haber sido operado de forma exitosa, de acuerdo con las autoridades locales. Al menos otras dos personas han resultado heridas, pero ya se han reportado estables tras el ataque en los alrededores del Parque México, en el barrio de La Condesa, una de las zonas más céntricas de la capital mexicana.
El atentado ha sucedido poco antes de las dos de la tarde en el restaurante Kebabji de comida libanesa, en la esquina de avenida México y la calle de Iztaccihuatl. La Policía local ha acordonado la zona e informa de un detenido por los hechos. Las autoridades aún no han emitido un comunicado oficial sobre lo sucedido, aunque las primeras informaciones apuntan que Figueroa ha recibido un disparo en el tórax.
«Escuché dos o tres detonaciones, fue muy rápido», cuenta el cuidador de un edificio aledaño que pide el anonimato. Unos metros más adelante, dentro del perímetro acordonado, un grupo de peritos analiza una extensa mancha de sangre que ha quedado sobre la banqueta tras el ataque. «Llegaron muchas patrullas y ambulancias, no es algo que se vea mucho a esta hora ni en esta zona», señala Rogelio, un albañil que trabaja en una construcción cercana.
El atentado ha sucedido a espaldas del parque México, una zona de bares, restaurantes y cafeterías que suele estar muy concurrida los viernes y los fines de semana. Las reacciones de la gente en la zona son contrastantes. Mientras una pareja de amigos toma un café a menos de un metro del cordón policial, una vecina asustada detiene el paseo de su perro y mira la escena extrañada. «Aquí es muy tranquilo, pasamos por aquí diario y siempre hay vigilancia, es una pena que la violencia llegue a esta zona», dice la mujer que pide no ser identificada. El miedo hace desviar la mirada y cerrar la boca, bajo el código de «nadie vio nada».
Peritos analizan la escena del ataque a Ismael Figueroa, líder sindical de los Bomberos en CDMX. Tres heridos y un detenido hasta ahora. La balacera pasó en La Condesa, una de las zonas más concurridas y céntricas de la capital https://t.co/WANFvr7UcApic.twitter.com/QpOlgfAtSw
— Elias Camhaji (@eliascamhaji) 23 de noviembre de 2018
Figueroa fue diputado en la Asamblea constituyente de la Ciudad de México y candidato a una diputación local por la coalición Por México al Frente en las elecciones de julio pasado. El líder sindical ha pertenecido al Cuerpo de Bomberos durante 20 años y es una figura polémica entre sus agremiados. Se confrontó con la dirección del grupo, ha sido señalado por sus detractores de coaccionar a sus compañeros y de intentar financiar su carrera política con recursos del sindicato.
En octubre pasado, una investigación periodística en el noticiario de la periodista Denise Maerker sacó a la luz unos vídeos en los que se mostraba a Figueroa supuestamente vendiendo plazas a 200.000 pesos (unos 10.000 dólares) y amenazando con despedir a quien lo denunciara. Esa investigación habla de viajes al extranjero con bomberos allegados y tratos denigrantes a sus rivales.
En noviembre del año pasado fue multado tras conducir una Hummer, que el Gobierno había dado al cuerpo de bomberos y que supuestamente usa como vehículo personal, en el eje central, una de las avenidas más concurridas de la capital. Tras el arresto intimidó a los agentes que lo detuvieron con una credencial que lo acreditaba como diputado constituyente.
Aún no se ha determinado el móvil del ataque. «Todavía no podríamos referir que sea por motivo de su función sindical, pero en su momento lo daremos a conocer”, ha dicho el jefe de Gobierno.
La capital mexicana ha registrado hasta octubre 712 homicidios con arma de fuego y 1.532 lesiones por impacto de bala, según cifras oficiales. Con 990 homicidios dolosos en 10 meses, Ciudad de México se acerca a batir los 1.085 que hubo el año pasado, la cifra más alta en dos décadas.