Semáforo rojo o amarillo: ciudadanía en Santo Domingo dividida
Jorge Eduardo Lazcano es un señor de la tercera edad. A pesar del riesgo que representa su edad frente a una infección por coronavirus, no lleva puesta su mascarilla. Desde una larga fila en una entidad bancaria, el ciudadano argumenta que desea que Santo Domingo pase a semáforo verde.
Lastimosamente sus deseos contrastan con la realidad que vive la provincia Tsáchila, respecto a la cantidad de infectados y la cantidad de muertos, víctimas del COVID-19. Según Pércides Quiñones, directora de Salud de 23D01 en Santo Domingo de los Tsáchilas, el sistema de salud público en el territorio está colapsado.
Por su parte, Antona Bravo, considera que la ciudadanía es la mayor responsable ante el incremento de los casos de coronavirus: “la gente no hace conciencia… si las autoridades consideran volver a semáforo rojo, yo estaría de acuerdo”, alega la joven.
Otro señor de la tercera, quien no desea identificarse, alega que el virus es una farsa: “La mascarilla me molesta al usarla… el virus es un cuento, es un cuento para sacarnos plata… mejor mantenernos en amarillo”, declara el ciudadano.
Norma Martínez es comerciante. Ella alega que todos necesitan producir y hacer conciencia: “Si hay que volver al semáforo rojo debemos aceptarlo… como seres humanos a veces necesitamos un sacudón”, declara Norma. (OG)