“Nosotros podemos ser nuestros demonios”

Fátima Molina (Ensenada, 1986) fantaseaba, desde que tenía cuatro o cinco años, con convertirse en actriz. Dice que le encantaba imitar las escenas de las películas. Más de 20 años después, su sueño se ha materializado. Ha participado en series de televisión y películas, como Sueño en otro idioma (2017), que obtuvo el pasado año 16 nominaciones al Ariel, los premios de la Academia Mexicana de Cine, entre los que se incluía una nominación a la mejor coactuación por su papel de Lluvia.

Uno de sus más recientes papeles protagonistas es en Diablero (2018), la nueva serie mexicana de Netflix, en la que interpreta a Keta Molina, una santera que, junto a un cazador de demonios, un sacerdote y una joven capaz de invocar a entes malignos a voluntad, tratarán de encontrar a una niña perdida en el inframundo de Ciudad de México.

¿Qué fue lo más desafiante a la hora de filmar Diablero?

Hablar en náhuatl, pero se siente muy bien cuando lo logras y ves el resultado.

¿Cuáles son los demonios reales que persiguen a México y su gente?

Creo firmemente que nosotros mismos podemos ser nuestros demonios. Nuestros pensamientos a veces nos hacen malas jugadas y hay ocasiones donde difícilmente salimos bien librados.

¿Cuál es su rutina diaria?

Me levanto, tomo un poco de agua tibia con limón. Por temporadas hago cardio en ayunas. Entrenar. Estudiar mis escenas, concentrarme y tratar de dormir bastante y muy bien.

¿A qué personaje cinematográfico se asemeja a usted?

Neytiri en Avatar es uno de los personajes con los que me identifico. Es un personaje femenino fuerte, sensible, capaz de luchar por lo que quiere así tenga consecuencias, pero lo hace porque cree firmemente en algo. Sensitiva a las señales. Impulsiva a la vez un poco. Amo su conexión con su entorno y naturaleza.

¿Quiénes son sus influencias cinematográficas?

Robert de Niro, Meryl Streep, Salma Hayek, Penélope Cruz, Gael García Bernal.

¿Qué significa ser actriz?

Mi profesión, mi pasión y mi sueño desde muy niña y que con cada proyecto es una realidad.

¿El mejor consejo de sus padres?

Mi mamá siempre me ha dicho, como en las películas románticas, que cuando no sepa qué decisión tomar, y ya haya pensado y descifrado todas las alternativas, si aun así no sé qué hacer o qué decidir, que no dude en seguir mis instintos o románticamente como dice ella: “Haz lo que diga tu corazón”. Nunca falla.

¿Qué espacio de su casa es su favorito?

Mi recámara. Es mi espacio, donde la creatividad fluye más. Donde medito. Donde lloro sin miedo. Donde reflexiono. Donde sueño. Donde me maquillo o me desmaquillo. Donde soy simplemente yo.

¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

Donde sea pero con la gente que más amo y me ama. Y si se pueden ver las estrellas mejor.

En una fiesta de disfraces ¿de qué se disfrazaría?

De Selena o de Cleopatra.

¿La última música que escuchó en Spotify?

Hasta la raíz, de Natalia Lafourcade.

En su nevera siempre hay…

Moras azules congeladas.

Su especialidad en la cocina

Las pastas y los sándwiches, aunque suene sencillo.

¿Un sueño recurrente?

Un mar brillante azul y tranquilo.

¿Qué le asusta?

Perder a los que quiero.

¿Qué película le hubiese gustado protagonizar?

El laberinto del fauno o Titanic.

Si pudiera adquirir cualquier pintura ¿cuál sería?

Alguna de Frida Kahlo, o La noche estrellada, de Van Gogh.

¿Lo último que compró y le encantó?

Wayak, el café de los mayas. Lo estoy amando.

¿Cuál es la última película que le hizo reír a carcajadas?

Shrek, la vi con mis sobrinos

¿Cómo ve el futuro de México?

Hoy por hoy lo veo incierto.

¿Qué le diría a su presidente Andrés Manuel López Obrador?

Que vamos a seguir cuestionando, opinando y criticando las veces que se necesite hasta lograr ser ciudadanos activos. Queremos un cambio positivo, queremos avanzar. No retroceder 100 años atrás.