Laura Esquivel: “López Obrador sabe que tiene mi apoyo”

El compromiso es una máxima para Laura Esquivel (Ciudad de México, 1950). Compromiso con sus ideas, con sus lectores y su obra. También con su país, lo que la llevó a entrar en política hace una década. Acaba de llevar a la Feria Internacional del Libro de Miami El diario de Tita y Mi negro pasado, que completan a modo de trilogía Como agua para chocolate, una de sus obras más conocidas, traducida a más de 30 idiomas y llevada al cine en 1992. Está centrada en varios proyectos —la novela será ahora un musical en Broadway, está preparando una serie inspirada en la trilogía, y tiene también proyectos para llevar al cine: Malinche y A Lupita le gustaba planchar—, por eso no aceptó la propuesta del presidente electo Andrés Manuel López Obrador de ser subsecretaria de Cultura, pero asegura que cuenta con su respaldo. “El licenciado Obrador sabe que tiene mi apoyo, yo seguiré participando y apoyando pero no dentro de una estructura, sino por fuera y podré seguir elaborando mis proyectos personales”.

Desde 2015 es diputada del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). ¿Qué le hizo entrar en política?

Ver cómo se estaba desmoronando mi país, tengo la fortuna de poder vivir de mi escritura, pero no podía quedarme sentada en mi escritorio, mientras veía lo que sucedía a mi alrededor, creo que parte de la actividad que realizamos debería ser involucrarnos en nuestra comunidad.

¿Qué significa ser escritora?

Ser enlace con todos los demás, ser un puente con la memoria colectiva.

¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?

Que el dinero no era un valor.

“El mundo no da prioridad a los derechos humanos y el medioambiente”

De su trayectoria profesional ¿de qué está más orgullosa?

Creo que de haber seguido siempre hablando de lo que quiero hablar sin estar esperando un resultado, tratar de escribir de lo que quiero escribir.

¿Cambiaría algo de usted?

Nada.

¿Hay algún libro que le cambió la vida?

Sí, pero no es de literatura.

¿Qué libros hay en su mesilla de noche?

Ahorita más bien estoy enfocada en otras lecturas, pero de los libros que siempre están presentes y que me acompañan hay uno de Rupert Sheldraka, La presenciadel pasado, que me gusta mucho.

¿Hay algo que le deje sin dormir?

Hay muchos temas sobre los que los seres humanos deberíamos reflexionar. Qué está pasando y cómo nos comportamos, a qué le damos prioridad y lamentablemente en todo el mundo la prioridad es el dinero, no el medioambiente, no los derechos humanos, no los ecosistemas; es el dinero.

Ahora hay una caravana de migrantes centroamericanos que atraviesan México rumbo a Estados Unidos.

La migración me duele muchísimo. Me duele que esas gentes valiosas, que están buscando lo mejor para su familia, lo tengan que hacer de esa manera y se les dé ese tratamiento. Me encantaría que les aplicaran la misma política que al dinero. Al dinero no le exigen visa, los inversionistas lo mueven de un lado a otro sin problema, nadie les va a poner una barrera, pero a un ser humano sí. Un ser humano que está muriendo prácticamente de hambre.

¿Cuándo fue la última vez que lloró?

Ahora cuando triunfó Manuel Andrés López Obrador… de alegría, obviamente.

¿Un país que le inspire?

Todo el mundo, para trabajar, para vivir… en todo el mundo encuentro amigos, formas de vida, música… cosas que disfruto y que agradezco enormemente.

¿Y algún sitio en el que no querría vivir?

Pues donde no haya el menor espacio para la solidaridad, para compartir, para disfrutar la vida.

“Al dinero no le exigen visa ni le ponen barreras, pero a las personas sí”

¿Cuál es la noticia que siempre le hubiera gustado leer?

Que descubrieron que el amor es la solución a la mayoría de nuestros problemas.

¿Cómo ve el futuro de México?

Yo soy optimista y creo que viene una etapa de cambio, difícil, pero donde llegaremos a una solución benéfica y pacífica para todos.

¿Qué le diría López Obrador?

Que confío en él.

La semana pasada le ofreció un puesto que ha rechazado.

El licenciado Obrador sabe que tiene mi apoyo, yo seguiré participando y apoyando pero no dentro de una estructura, sino por fuera y podré seguir elaborando mis proyectos personales, que tengo bastantes.