El salario mínimo de Venezuela alcanza para un kilo de arroz

La última semana de noviembre, el precio de los alimentos en Venezuela subió casi un 40%, según las mediciones de Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.

Con un salario mínimo mensual —que se aumentó al triple el mes pasado, hasta poco más de un dólar— solo se compra un kilo de arroz.

 La caída del poder adquisitivo de la moneda implica otra pérdida aún más dramática: la del valor del trabajo y de la profesión.
La caída del poder adquisitivo de la moneda implica otra pérdida aún más dramática: la del valor del trabajo y de la profesión.

Después de algunos meses de aparente desaceleración del alza de precios por la reducción del consumo, durante el confinamiento decretado por la pandemia de coronavirus, la inflación vuelve a tomar fuerza por la presión del gasto para el pago de bonificaciones especiales que el Gobierno de Nicolás Maduro suele ingresar a finales de año y de la campaña electoral para las cuestionadas elecciones parlamentarias de este domingo, en las que el chavismo se dispone a recuperar el control de la Asamblea Nacional. El indicador volvió a desbocarse en noviembre.

Ese rebote del alza de los precios se siente en la calle, donde la flexibilización de la cuarentena que ordenó Maduro por las fiestas navideñas no ha generado un aumento significativo del consumo.

En Venezuela se necesita más de un millón de bolívares para comprar un dólar. Y es la segunda vez en los últimos dos años que se dan estas cifras. La hiperinflación terminó de devorar a la divisa local y el incendio en la precaria economía venezolana sigue activo.

En noviembre se cumplieron tres años desde que el país petrolero comenzó a registrar, mes a mes, tasas de más del 50% de inflación que han traído un catastrófico aumento de la pobreza.

La subida vertiginosa del dólar, moneda corriente en el país, es un quebradero de cabeza diario de los venezolanos, sobre todo de aquellos —una enorme mayoría— que percibe el salario en bolívares y tiene dificultad para acceder a la divisa estadounidense, cuya circulación no es oficial y no está pactada con Washington.