Erdogan rechaza la mediación ofrecida por Trump y asegura que ampliará su ofensiva en Siria

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, afirmó este domingo que rechaza cualquier oferta de mediación para detener su ofensiva contra las milicias kurdas y, al contrario, advirtió de que su Ejército ampliará la operación —actualmente centrada sobre todo en el territorio entre las localidades de Tel Abyad y Ras al Ain— a toda la franja fronteriza que controlan las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Estas declaraciones coinciden con el anuncio hecho por el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, de que retirará sus últimas tropas del norte de Siria, lo que ha llenado de temor a la población local, que teme que esto facilite el avance de las fuerzas turcas.

“Nos hemos centrado primero en el área de 120 kilómetros entre Ras al Ain y Tel Abyad. Así dividiremos el corredor terrorista por la mitad. Luego tomaremos Hasaka, por un lado, y Ain al Arab [Kobani] en el otro y completaremos la operación. Avanzaremos unos 30-35 kilómetros hacia el interior [de Siria] tal y como declaramos anteriormente en el mapa de la zona segura”, ha explicado el mandatario turco durante una rueda de prensa. Además dijo que “está fuera de toda discusión” aceptar la propuesta hecha por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de sentar a los dos bandos a negociar: “¿Cuándo han visto ustedes a un Estado sentarse a la mesa con una organización terrorista?”. En realidad, el propio Gobierno de Erdogan lo hizo cuando los servicios secretos negociaron en 2012 y 2013 un proceso de paz con el grupo kurdo PKK, el mismo al que están ligadas las FDS. Precisamente es este vínculo entre las milicias kurdas la organización armada —incluida en la lista de grupos terroristas de la UE y EE UU— el que esgrime Ankara para justificar su intervención en Siria.

“La zona está perdida, hay caos por todos lados, la situación es muy dura en Kobani”, explica por Whatsapp a EL PAÍS una periodista local que visitó la mañana del domingo dicha ciudad, desde donde llegan informaciones de una retirada de las fuerzas estadounidenses desplegadas en el lugar: “Apenas quedan civiles en Kobani, la gente ha escapado hacia las zonas rurales, y no tienen ayuda”.

Los bombardeos de la aviación y la artillería turca se intensificaron este domingo sobre el centro de las ciudades de Ras al Ain y de Tal Abyad, en cuyos alrededores Turquía ya ha conquistado unas 40 aldeas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). En Ras al Ain, en la que ya han penetrado combatientes sirios leales a Ankara los combates son intensos y, en Tal Abyad, estas milicias han cortado la principal entrada al sur, rodeando la ciudad.

El Observatorio eleva ya a cerca de 200 el número de combatientes de ambos bandos fallecidos en el conflicto, y a 59 el número de civiles muertos en el lado sirio, tanto por los bombardeos turcos como por ejecuciones sumarias llevadas a cabo por combatientes sirios proturcos (hechos que los mandos de estos grupos han prometido investigar pues supondrían un crimen de guerra). Este domingo, un bombardeo aéreo sobre un convoy de vehículos civiles mató al menos a 8 de sus ocupantes -entre ellos tres periodistas- y “un gran número de personas” fue recibido en el hospital de Tall Tamr, aseguró a EL PAÍS una periodista de la agencia local de noticias North Press, uno de cuyos empleados resultó herido en el ataque. En Turquía, el número de civiles muertos es de 18 y 140 han resultado heridos por 652 proyectiles lanzados por las milicias kurdas a territorio turco, informó Erdogan este domingo.

Según Naciones Unidas, 130.000 personas han sido desplazadas por la ofensiva turca, cifra que la Media Luna Roja Kurda eleva hasta casi 200.000. Un empleado de una ONG en Hasaka, ciudad a unos cincuenta kilómetros de la frontera turca, explicó a este diario que se han establecido 15 refugios para el constante flujo de desplazados que abandona las localidades limítrofes con Turquía. Diyar, un estudiante de la misma localidad, confirmó por teléfono que muchísimos de ellos proceden de Ras al Ain: “Hay muchísimos desplazados. Hay un par de organizaciones humanitaria que intentan darles cobijo y comida, pero muchos no tienen adonde ir y simplemente acampan en las calles y carreteras”.

Aunque otras importantes localidades fronterizas como Kobani y Qamishlo todavía no han visto la entrada de las tropas turcas, muchos de sus habitantes también han hecho las maletas y se han ido. “Hasta ayer, Turquía bombardeaba la ciudad, pero hoy [domingo] la situación está en calma. Sin embargo, la mayoría de la gente ha huido de la ciudad. Hay mucho miedo. La gente teme que llegue el Ejército turco y sus milicias. Si lo hacen, o abandonamos nuestros hogares o seremos masacrados y torturados por estos criminales”, relató Sarwar, vecino de Qamishlo, dolido por la inacción internacional a la hora de parar la invasión turca: “Diría que no sólo Estados Unidos, sino todo el mundo nos ha traicionado”.

Presión europea

Los países europeos, con todo, sí han anunciado una serie de medidas en represalia, empezando por la suspensión de exportaciones de material militar decretada por los gobiernos de Alemania, Francia, Holanda, Finlandia y Noruega. Y este lunes se debatirá en una reunión de ministros de Exteriores europeos si imponer un embargo de armas a Turquía.

Este domingo, la canciller, Angela Merkel, ha mantenido una conversación telefónica con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, por petición de este último. Merkel pidió “un cese inmediato de la operación militar” turca y advirtió a Erdogan de que la ofensiva “amenaza con expulsar a grandes grupos de población, desestabilizar la región y fortalecer el ISIS [siglas inglesas de Estado Islámico]”, indica una portavoz del Gobierno en una nota.

Horas antes, la ministra de Defensa alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer había criticado duramente la ofensiva militar turca, durante un discurso ante las juventudes del partido conservador, la CDU. Kramp-Karrenbauer, que compatibiliza la cartera de Defensa con la presidencia del partido, advirtió a Turquía contra la tentación de convertirse en “una potencia ocupante” en el norte de Siria; algo incompatible -añadió- con los compromisos turcos como miembro de la OTAN, informa Ana Carbajosa desde Berlín.