España, contra las dudas
El fuerte viento transformó la playa de la Victoria en un desierto azotado por el Atlántico. Doscientos metros más allá, al otro lado del asfalto, en las puertas de acceso a la tribuna principal del Ramón de Carranza, una muchedumbre guardaba cola para asistir al entrenamiento de la Roja previo al partido de esta noche ante Malta (20. 45, La1). El entusiasmo de la muchachada que jaleaba ya en las gradas las acciones de los internacionales está alejado de la realidad por la que atraviesa la selección que dirige Robert Moreno. Los empates en Noruega y Suecia del pasado mes de octubre abrieron dudas en todas las líneas, desde la portería hasta el ataque. También sobre el seleccionador, por primera vez cuestionado desde que reemplazara Luis Enrique. La coletilla final en la respuesta que ofreció Moreno cuando fue cuestionado por la convocatoria de Adama Traoré, que posteriormente fue desconvocado por lesión, fue la de un entrenador que percibe que cada decisión que toma está bajo sospecha. “No es un capricho”, dijo después de enumerar que Adama jugó en la Florida, el equipo de su barrio, en el Hospitalet, donde el técnico trabajó, y que debutó en el primer equipo del Barcelona cuando él asistía a Luis Enrique. “El desborde y el desequilibrio de Adama está por encima del de los demás con mucha diferencia. Ya estuvo en las dos anteriores prelistas. Hablé con él el domingo y me dijo que tenía un pinchazo y que le sabía mal no poder venir”.
Moreno es consciente de que su futuro en la selección depende de lo que suceda en la Eurocopa, pero ni su presencia en el campeonato está del todo asegurada. Fuentes federativas no se atreven a descartar que ante una futura intención de Luis Enrique de volver a entrenar no sea el asturiano quien acabe por dirigir a la selección en el europeo. “No estoy centrado en la renovación porque es algo que no depende de mí y que no puedo controlar. Lo único que depende de mí es hacer mi trabajo lo mejor posible. Me centro en ser mejor entrenador y mejor persona cada día”.
El duelo con la débil Malta, más allá de que los tres puntos le garantizan a España ser primera de grupo, que no cabeza de serie —para asegurar esto debe ganar también a Rumania el lunes—, pasará revista a las mejoras que trata de aplicar Moreno. “En los dos últimos partidos, ante Noruega y Suecia, nos faltó puntería. Generamos ocasiones, pero aún hay que generar más. Esta semana hemos hecho hincapié en trabajar frente a equipos que se van a replegar, como creo que serán los partidos ante Malta y Rumania”. Ese trabajo al que alude Moreno está directamente relacionado con la espesura en el juego que durante largos tramos apareció en Oslo y en Estocolmo. Parte de sus indicaciones a centrocampistas y delanteros es la de no perder la paciencia y la de no acercarse al balón con ansiedad varios jugadores a la vez para no generar amontonamientos que emboten las circulaciones de balón.
Ramos, Arabia y Barcelona
A la intervención del seleccionador siguió la del capitán Sergio Ramos, que comprobó que el interés periodístico estaba más en conocer sus opiniones sobre la disputa de la Supercopa en Arabia Saudí o en la posibilidad que España juegue en Barcelona que en el propio partido. Sobre esto último dijo que “no es el momento idóneo para ir allí, porque se acaba de suspender un clásico… pero si hay que jugar en Barcelona, pues ojalá, porque seguro que hay gente que quiere ver a la selección. En cuanto a la Supercopa en Arabia siguió el discurso del presidente federativo, Luis Rubiales: “Los jugadores no podemos hacer nada al respecto. Pero Rubiales ha dicho que intentaremos que sea una ocasión para cambiar, y si es así el día de mañana estaremos orgullosos de haberlo conseguido”.
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