“El colonialismo sigue existiendo”

Jesusa Rodríguez (Ciudad de México, 1955) compara el Senado mexicano con un teatro, un espacio que conoció bien durante más de 40 años de carrera como directora, actriz, artista de performance y cabaretera. “Este es un teatro político con actores, escenografía, textos y toda la puesta en escena está pensada”, dice la legisladora, quien llegó a la Cámara alta en diciembre cuando la titular del escaño, Olga Sánchez Cordero, fue designada secretaria de Gobernación (Interior) en la Administración de Andrés Manuel López Obrador.

Rodríguez, quien acostumbra vestir con trajes de algodón decorados con bordados indígenas, es uno de los perfiles progresistas del plural Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). Es vegana, ecologista, feminista y defensora de los derechos de la comunidad LGBT. “Es el siglo de la liberación animal”, asegura durante la entrevista. Un mensaje suyo publicado en las redes sociales el 15 de marzo provocó polémica al recordar la conquista que impuso la religión católica “a sangre y fuego por fanáticos que venían a depredar el territorio y la cultura”. Conocedora del mundo del espectáculo, aguzó su video diciendo que comer tacos de carnitas de cerdo, uno de los platos típicos de México, era celebrar la caída de Tenochtitlan, la gran ciudad azteca que capituló en agosto de 1521. El comentario fue antesala de la polémica causada por el presidente mexicano, quien pidió a la Corona española reconocer los agravios de la conquista para conmemorar cinco siglos de la fecha.

Pregunta. Usted coincide con la solicitud de perdón al Rey de España. ¿Por qué?

Respuesta. Estoy en contra de toda cultura colonialista. La actitud colonialista es una que solamente llega al sometimiento, no hay otra manera de convivir con los demás. El principio del colonialismo es el que me parece que poner en la mesa, cuestionarlo y erradicarlo. La conquista es uno más de esos capítulos, uno muy cruel. Se mermó la población en 14 millones de personas en tan solo 18 años. Es un dato del que no se habla, no se dice. Es brutal.

P. ¿Qué opina de las reacciones en ambos lados del Atlántico?

R. Si tú eres un país colonialista por excelencia, como España o Inglaterra, y te dicen ‘oye, discúlpate’, te vas a enojar porque no tenemos esa capacidad de quitarnos del centro. Está respondiendo un Gobierno de una mentalidad eurocéntrica. Esta mentalidad siempre ha calificado a los demás y ha pretendido que los demás existan en función de su pensamiento. No me extraña la reacción de España frente a esto y se están perdiendo la oportunidad de reflexionar de aquí hasta 2021, hasta el 13 de agosto. El colonialismo sigue existiendo.

P. Cuando usted habló de las carnitas y la caída de Tenochtitlan, ¿sabía del anuncio que iba a hacer López Obrador?

R. No. Lo dije el 14 de marzo, el día que ocurrió la efeméride de los 500 años de la batalla de Centla. Leí un comentario de Felipe Solís, el arqueólogo, que mencionaba que no había duda. Que, aunque no existe la minuta del 13 de agosto de 1521, por las cosas de Bernal Díaz se puede intuir que fue el primer día en que se juntó la tortilla con la carne de cerdo. Según los historiadores, es evidente que ese día [Hernán] Cortés manda a hacer una comilona para celebrar la caída de Tenochtitlan. Se comieron los primeros tacos de carnitas. Qué interesante que vienen los 500 años de historia y qué interesante que en un solo platillo se reúnan las dos grandes tendencias humanas culturales desde la prehistoria: la agricultura y la ganadería. Me dijeron que aquí se comían personas. Aquí [los españoles] llegaron cuando estaban los aztecas. Yo no puedo llegar a Europa y juzgarlos por los nazis. Los aztecas eran muy crueles, pero estaban en una gran decadencia.

P. Las dos partes han digerido mal las cosas.

R. El rechazo inmediato y la furia europea no me parecen raras. Es la defensa que hace cualquier persona de su centralidad absoluta y de sus decisiones ancestrales: así soy, fue hace 500 años y no tuve nada que ver. Es una negación simple. Aquí lo que he visto es que se habla de que es un distractor, cosas muy tontas. Como si Andrés Manuel tuviera que distraer a alguien de algo. Este señor sale todos los días a dar la cara, lo que nunca había hecho nadie, ¿para qué quiere distractores?

P. ¿No es un mensaje ir cinco siglos atrás para exigir un perdón a la Corona cuando no ha sido tan duro con el Gobierno de Enrique Peña Nieto?

R. Es una efeméride. Es una cosa que va a ocurrir. Van a llegar los 500 años y nadie puede hacer nada. A Enrique Peña Nieto le llegará su momento y todo el pueblo lo está esperando. Llegará esa efeméride también y la vamos a festejar.

P. ¿No se queda en lo simbólico que se pida perdón, pero no se reclamen reparaciones o devoluciones?

R. A mí sí me encantaría que devolvieran lo que se llevaron, por supuesto. No solo hacer cuentas del agravio sino de lo que se llevaron. Pero eso es lo menos importante. Piénsalo en un caso más pequeño: las víctimas de desaparición forzada. Si ya no puedes recuperar a tu familiar, ¿por qué exiges justicia? ¿Por qué quieres que se disculpe un Gobierno? La disculpa no te va a regresar a tus hijos o seres queridos, pero es un acto de justicia. Y la justicia, odio la palabra, civiliza. Es un acto fundamental. Esos 14 millones de personas que murieron, murieron. Hasta hay una huella de carbón en la atmósfera por ese holocausto.

P. ¿De dónde saca la cifra de los 14 millones?

R. Del poeta Rubén Bonifaz Nuño, que fue un erudito, hizo con la UNAM el seminario de estudios prehispánicos para la descolonización de México. Es nuestro Homero, un poeta ciego que tradujo a los grandes clásicos.

P. ¿No se está romantizando la época prehispánica?

R. Vuelvo a Bonifaz. Por qué tenemos que basarnos en los datos que dejaron los fanáticos y los asesinos que llegaron a este continente cuando simplemente tienes que pararte en Teotihuacán, Monte Albán o Yagul, observar y sentir. ¿Necesitas algo más para saber en qué cultura estás parado, de que tamaño es realmente? México es una demostración de una de las culturas más importantes de la antigüedad. Romantizar una cultura que creó el maíz, la milpa. Yo estoy completamente dispuesta. Me fascina mi cultura. Soy una romántica.

P. ¿No da la espalda a 500 años de mestizaje?

R. Sí, pero yo decidí no pertenecer a Occidente. Me considero occidentalizada, pero no occidental. Es otra visión. Bonifaz dice que México es indestructible porque nuestros abuelos labraron en piedra los cimientos espirituales del país. Cuando salgo de México hasta extraño caminar en este país. Por eso no han podido ni los españoles, ni los franceses, ni los canadienses, ni los gringos acabar con la raíz cultural de México. Aquí hubo una epopeya humana que no se ha reivindicado. La conquista consigue golpear tu autoestima. Si no te golpea tu autoestima no te somete. Esa autoestima golpeada ha hecho que nuestra cultura no sea considerada al nivel en que se desarrolló.