“Ojalá no venga una nube negra y todo se diluya después del Mundial”

El pase a octavos de final por primera vez en la historia de la selección femenina, bien valía una excepción al estricto régimen que marca Jorge Vilda con las comidas (no está permitida ni una chocolatina). El lunes por la noche, en el Novotel de Le Havre, la celebración por haber pasado de ronda incluyó pizza, hamburguesas y arroz con leche —especialidad, esta última, de Javier Arbizu, el cocinero de la selección—. España, que hace ocho años soñaba con clasificarse para un Mundial, que hace cuatro viajó a Canadá y regresó sin pasar de la primera fase y sin haber ganado un partido, festeja ahora el crecimiento que la ha llevado hasta octavos de final. Con cuatro puntos, Estados Unidos en el horizonte, y un bagaje muy pobre de goles (tres en tres partidos). “El problema sería que no tiráramos a puerta” coincidían el lunes en la zona mixta todas las jugadoras.

El camino que ha llevado a España hasta aquí, hasta disputar unos históricos octavos, empezó hace años. Con obstáculos, penurias y prejuicios. Varias de las internacionales que están ahora en Francia, lo han recorrido contra viento y marea. Como Marta Torrejón, Irene Paredes, Jenni Hermoso o Marta Corredera. “Ufffffffff”, suspira Corredera, lateral del Levante, cuando se le pregunta cuánto ha costado llegar a este nivel. “A lo mejor la gente no le da valor, pero esto tiene mucho mérito, porque llevamos años y años y no solo nosotras, sino también las que ya no están aquí, las primeras que derribaron muros, trabajando por y para esto”, explica Corredera.

“Lo que esperamos ahora es que esta progresión que no pare. Esperemos que cuando acabe el Mundial no venga una nube negra y todo se diluya porque nosotras no trabajamos cada cuatro años, trabajamos y nos cuidamos cada día del año para ser profesionales. Esto es lo que la gente tiene que valorar, que se nos considere una vez por todas deportistas de elite, que es lo que somos y lo que estamos haciendo aquí: competir a un nivel altísimo. Muchas estamos renunciando a presentarnos a exámenes para estar aquí. Es un orgullo, pero tenemos que estar protegidas. Y esperemos que este sea un paso más”, prosigue Corredera (71 partidos con la Roja).

¿Cuánto de largo ha sido el camino? “Muy largo. Me acuerdo de Canadá, donde ni siquiera pasamos de la fase de grupos. ¡Lo hemos conseguido y es la leche! Ahora a celebrarlo y luego a por más, no vamos a conformarnos ni hacernos pequeñas contra nadie”, responde Irene Paredes, 67 veces internacional. “Merecemos estar mínimo aquí, es una recompensa a nuestro trabajo”, añade.

Jenni Hermoso también es una de las veteranas de esta selección (72 partidos) y la que está destacando en este Mundial por sus malabarismos y cualidades técnicas. Cuando en las gradas se escucha un “ooooooooh” de admiración, normalmente, es para ella, sus ruletas y pases de tacón. No pierde la pelota ni cuando está rodeada por cuatro rivales. “Hace no tantos años era impensable que España estuviera en octavos de un Mundial…”, asegura Jenni.

¿Por qué era impensable? “Todo lo que nos rodeaba, en vez de empujarnos, nos hacía tirara para atrás. Ahora todo el mundo desde la prensa, a las teles, a los que rodean el fútbol, nos están ayudando a que cada día seamos más grandes. Era muy importante recibir ayuda desde fuera”, responde. “Hemos dado igual que nos están dando. En el primer Mundial abrimos una puerta muy grande y ahora vamos a por otra. Lo que queremos es sembrar para que esto no pare”, concluye la 10 de España.

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