Un tribunal de París ordena poner en libertad a Josu Ternera bajo control judicial de manera inmediata

Hasta que se celebren los juicios que tiene pendientes, Josu Ternera tendrá que presentarse todas las semanas en una comisaría de París y no podrá salir del territorio francés. Pero por primera vez en casi dos décadas, podrá pasearse tranquilo por la calle. Un tribunal de apelaciones de París ha decretado este miércoles la “liberación inmediata” bajo control judicial del dirigente etarra José Antonio Urrutikoetxea, detenido el 16 de mayo en la localidad alpina de Sallanches tras casi 17 años en la clandestinidad. Se espera que Urrutikoetxea salga de la prisión de la Santé, la céntrica cárcel parisina donde permanecía retenido desde entonces, en las próximas horas, según mantienen sus abogados. Los letrados habían alegado para solicitar la libertad el estado de salud del etarra, ya que fue detenido el día en que iba a operarse de próstata, una intervención que los letrados consideran ahora «urgente». «Mantenerlo entre rejas no es posible teniendo en cuenta su estado de salud», dijeron.

Las tres jueces que presidieron la audiencia, la primera comparecencia de Ternera desde que ingresó en la prisión parisina, el 17 de mayo, no dieron explicaciones de su decisión, que respondía a la apelación que habían hecho los abogados de Urrutikoetxea sobre la detención provisional en la que se encontraba desde que fue detenido en los Alpes. Tras conocer la decisión judicial, los dos hijos de Josu Ternera presentes, Egoitz e Irati Urrutikoetxea, se abrazaron entre lágrimas en el primer banco del público donde habían seguido las más de dos horas de audiencia.

“Por una vez, las presiones políticas no han sido tenidas en consideración y mi padre se encuentra hoy en libertad”, dijo tras la audiencia en francés y en euskera —se negó a hablar en castellano— Egoitz Urrutikoetxea, que también está a la espera de un nuevo juicio. De hecho, su caso fue argumentado por los abogados de Josu Ternera —los mismos que representaron a su hijo— señalando que Egoitz también había sido puesto en libertad condicional tras reclamar la repetición de los procesos en los que había sido condenado en rebeldía y que ha cumplido todos los requisitos impuestos.

Además de tener que presentarse todas las semanas en una comisaría del distrito 3 de París —donde se presume se alojará Josu Ternera— y de no poder salir de Francia, las jueces reclamaron que Urrutikoetxea entregue su pasaporte o pasaportes, a lo que el detenido, que apenas pudo tampoco contener las lágrimas al saber que su liberación era inminente, respondió que no tiene ningún documento de viaje. Louis Joinet, antiguo asesor del presidente francés François Mitterrand y colaborador de la ONU se había ofrecido a albergarlo si, como ha ocurrido, el tribunal lo dejaba en libertad condicional.

Ha sido la primera vez que se ha podido ver en público a Urrutikoetxea, de 68 años, desde su detención. Muy pálido, con gafas y barba y pelo gris y ralo, pero con algo más de peso que en la última foto que había de él, la tomada justo antes de su detención, Urrutikoetxea ha llegado a la sala del tribunal de apelaciones a las 10.35 de este miércoles, después de que las tres juezas a cargo hubieran despachado otros casos. Vestido con camisa blanca, vaqueros y una cazadora azul que no se quitó en ningún momento pese a que la sala estaba caldeada, Ternera sonrió un momento, cuando al entrar se giró para ver a dos de sus hijos, que lo saludaron efusivamente con las manos desde el primer banco de la fila dedicada al público.

“¿Nació usted en España?”, le preguntó la juez al comienzo de la audiencia, siguiendo el protocolo de que el acusado confirme sus datos personales. “En el País Vasco”, respondió Urrutikoetxea. “¿Nacionalidad?”, continuó la juez. “Española, forcement” (por fuerza), replicó Urrutikoetxea, quien a continuación siguió sentado, a veces con visibles molestias físicas, los argumentos de sus abogados y de la fiscalía, durante las más de dos horas que duró la audiencia con tan sorpresivo final.

Sus abogados perfilaron este jueves lo que se intuye será también la principal línea de defensa cuando comiencen los juicios que tiene pendientes, para los que aún no hay fecha fijada. La de que Urrutikoetxea es un hombre “comprometido” que se arriesgó apostando por la paz y que participó en las principales negociaciones con el Gobierno español de los últimos años. Y, también, la de un hombre enfermo que requiere de unos cuidados que no puede recibir en prisión.

El abogado Laurent Pasquet-Marinacce lo ha presentado como el “principal artífice del fin de la lucha armada” de ETA. Josu Ternera tuvo un “lugar activo y central en todos los esfuerzos e iniciativas desde finales de los años noventa para poder lograr una salida pacífica al conflicto”, sostuvo el abogado al defender el “combate de 30 años por la paz” de su defendido.

A esta situación se une una cuestión de emergencia médica, acotó Pasquet-Marinacce. Su situación en detención “no es posible en vista de su estado de salud”, sostuvo, y aseveró que los dos médicos que lo han examinado desde que fue detenido en Sallanches han coincidido en la “urgencia” de que sea sometido a una operación de próstata.

Según denunció el propio Urrutikoetxea, su detención se produjo en la mañana misma en que iba a ser operado. “Me detuvieron a las siete menos cinco de la mañana. Tenía cita con el cirujano a las 7.15”, relató. Un día antes, reveló, también había acudido al hospital para preparar la operación, por la que llevaba una sonda que le fue retirada hace dos semanas, aunque actualmente vuelve a tenerla. En las tres semanas previas a su detención, su estado se había agravado visiblemente, dijo. “Perdí casi ocho kilos”, explicó en francés, idioma en el que también denunció que desde que había sido detenido no se le permitió ninguna visita y también tuvo muy restringidas sus llamadas telefónicas.

«Palabra de vasco»

Urrutikoetxea aseguró que daba su «palabra de vasco» de que no huiría si era puesto en libertad. «En nuestra casa, en el País Vasco, dar la palabra lo es todo, es algo sagrado», aseguró.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha manifestado su «sorpresa» por la puesta en libertad de Ternera. Según ha explicado el colectivo, desconocía la decisión de la justicia francesa y se ha enterado por la prensa. Además, la asociación se ha puesto en contacto con las autoridades galas y se encuentran «a la espera de recibir las explicaciones pertinentes», informa J. J. Gálvez.

Proceso de 2010

El de este miércoles era la primera audiencia por el sumario que el 1 de diciembre de 2010 condujo a su condena en ausencia a siete años de cárcel por pertenencia a ETA, y en concreto por su papel como dirigente de la organización terrorista. Tiene otra cita, ante el tribunal correccional, el 28 de junio, ya que también ha recurrido la pena a ocho años de cárcel por su papel como miembro del aparato político de la banda entre 2011 y 2013, que incluye, sobre todo, el periodo en que estuvo en Noruega hasta ser expulsado por ese país. Josu Ternera había acudido al país nórdico junto a otros dos destacados miembros de esa estructura, Iratxe Sorzábal y David Pla, para intentar abrir una negociación con el Gobierno español, que la rechazó. Sorzábal y Pla, arrestados en septiembre de 2015, fueron condenados el pasado mes de febrero en París a siete y cinco años, respectivamente, en un sumario que también incluía su implicación el episodio de Noruega. El segundo está en libertad en Francia desde el 18 de abril.

Además de los procedimientos en Francia, la Audiencia Nacional de Madrid ha solicitado a Francia su entrega para ser enjuiciado por el atentado de 1987 contra la casa cuartel de Zaragoza en el que murieron once personas, entre ellas seis menores. Esa demanda será abordada por la sala de instrucción del Tribunal de Apelación de París, aunque todavía no se conoce en qué fecha. Sus abogados han asegurado este miércoles que aún no han recibido ninguna notificación.

Urrutikoetxea Bengoechea fue sentenciado una primera vez en Francia a 10 años de cárcel tras su arresto en Bayona en enero de 1989. Cuando cumplió esa pena, fue entregado en 1996 a España, donde fue elegido parlamentario vasco en 1998 en las listas de Euskal Herritarrok, quedó en libertad en 2000 y dos años más tarde pasó a la clandestinidad, hasta mayo pasado.