América Latina en su versión más underground
América Latina eleva la apuesta y su impredictibilidad. Cuando Manuel López Obrador trata de poner control al robo de combustible en México, una explosión en una toma clandestina en Hidalgo provoca 93 fallecidos. Esa misma semana, las negociaciones en Colombia con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) saltaron por los aires con un carro bomba que provocó la muerte de 21 personas. En una misma semana, dos inesperadas sorpresas más que marcarán dos países clave. La última Venezuela, sobre lo cual habrá más tiempo para hablar.
Son muchos los predicadores que esperaban sentados y con las manos en los bolsillos muchos de los acontecimientos de este último año, comenzando por la victoria de Bolsonaro. Silbaban mientras veían a lo lejos las caravanas de hondureños caminar hacia Tijuana y tomaban un café mirando al reloj en Managua hasta que a la hora prevista el país desquiciado saltó por los aires. En mi caso, lo acepto, perdí todas las apuestas.
En una región efervescente. Son pocos actualmente los anclajes sociales, ninguno los políticos y algunos más los económicos. Todos ellos están aderezados por la vulnerabilidad sísmica y climática, que en cualquier momento te hace retroceder un país diez años.
No creo en los malos augurios ni en los mensajes apocalípticos, aunque tampoco deposito muchas esperanzas para este próximo año. Algunas de las claves que vislumbro son las siguientes:
- Tarde o temprano Estados Unidos, junto o en contraposición a México, tomará cartas en el asunto sobre el Triángulo Norte, que cada vez le da más quebraderos de cabeza. El debate sobre el muro es el debate sobre la migración centroamericana, las causas y consecuencias de la huida de miles de personas. Cada vez se habla más en Estados Unidos de un Plan Marshall para Centroamérica. Nada vendrá en el corto plazo porque hay muy poca confianza en los gobiernos actuales, pero el debate está ya colocado.
Las iglesias evangélicas, desde que han decidido hacer política, no traen más que disgustos y posiblemente así seguirá. Bolsonaro, llamado Jair, “el iluminado por Dios” es su último hijo. Antes lo fue Jimmy Morales en Guatemala y Daniel Ortega en Nicaragua. Pondrán la música y marcarán el paso de la región también este próximo año. Ya lo hacen incluso con López Obrador en México, que habla ahora de la necesidad de una “Constitución moral para el país”, toda una declaración. Recomiendo la lectura de este texto del Real Instituto Elcano. Se requiere una reflexión amplia sobre cómo atajar este fenómeno para que, en nombre de Dios y del amor, no nos lleve a más violencia y retrocesos democráticos. El movimiento feminista lleva años pidiéndolo.
Hay muchos países con papeletas para una efervescencia social con desenlaces no previsibles, de varios de ellos preveo sustos o disgustos. Haití el primero, siempre lo está y desde hace unos meses cada vez más. Bolivia con la candidatura de Evo Morales, después de perder el referéndum, tiene a amplios sectores del país molestos. Argentina cada vez más polarizada, Guatemala puede terminar con un desenlace violento los próximos meses, igual que Honduras o el desconocido Paraguay. Perú es el ejemplo civilizado de combate contra la corrupción que esperemos siga por esa misma senda. Colombia está es su conflictivo posconflicto sujeta entre alfileres, y tanto Nicaragua como Venezuela enfangados. Creo que estamos con pocas posibilidades de ver la luz próximamente. La combativa Cuba, quien lo diría, sigue con cambios históricos a su ritmo, generando poca controversia internacional.
Por último, la economía: el balance económico de la CEPAL es la mejor de las referencias. Si bien los Gobiernos progresistas tuvieron la última década viento a favor a consecuencia del alza del precio de las materias primas, ahora viró de dirección para los nuevos Gobiernos. La apreciación del dólar, subida de las tasas de interés en Estados Unidos y las tensiones comerciales con China condicionarán el desarrollo de la región. Todo esto hará que la región tenga más deuda tanto pública como privada, y menos capacidad de acceder a crédito, lo cual limitará los recursos para apoyar políticas sociales y derechos básicos.
Ante este contexto, el rol que jugará la sociedad civil en los diferentes países y su capacidad para crear proyectos políticos y relatos esperanzadores es toda una incógnita. Argentina ha estado marcada por el movimiento feminista, Nicaragua por los estudiantes y los primeros pasos del México de López Obrador por el rechazo de los zapatistas, aunque todo está por definir. En Brasil, el gigante de la región, son tantos los disparates que es mejor esperar un rato agachado y protegido.
Nadie esperaba la semana pasada que el fiscal general del Perú despidiera en las últimas horas del año a los dos fiscales que llevan el principal caso de corrupción de la historia del país, Lava Jato. Nadie esperaba tampoco esta semana que el presidente de Guatemala concluyera con la CICIG, mecanismo que está permitiendo limpiar de ladrones de guante blanco al país. El primero acaba de dimitir, el presidente de Guatemala veremos lo que dura. Manotazos desesperados en una región muy nerviosa.