“Y cayó, cayó. Este Gobierno ya cayó”. Ese fue el grito de cientos de venezolanos que se manifestaron este miércoles frente a la Embajada en Ciudad de México en apoyo a las protestas realizadas en Venezuela contra Nicolás Maduro. Los colores de la bandera nacional —amarillo, azul y rojo— tomaron la calle para celebrar la autoproclamación del opositor Juan Guaidó, hasta el martes pasado líder de la Asamblea Nacional, como “presidente encargado”. Pero no todo fue una fiesta. También se hicieron presentes los reproches hacia al jefe de Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por no dejar de reconocer a Maduro como mandatario legítimo. “AMLO [el acrónimo por el que se conoce al líder de Morena, izquierda] escucha, únete a la lucha”, coreaban los manifestantes. Además de en la capital mexicana, las protestas se han replicado en otras ciudades latinoamericanas como Buenos Aires, Lima, Montevideo y Bogotá. También en Miami, junto a Los Ángeles la ciudad más latina de EE UU.
“Hoy es un día de gloria, de fiesta, pero no significa que todo se solucionó, no significa que mañana Maduro no vaya a estar. Es solamente el primer paso”, señala Edith Zurita, una mujer que lleva un año y medio viviendo en México y que se ha acercado hasta la Embajada en Ciudad de México junto a dos amigas. Como ella, muchos de los que se congregaron compartían el mismo mensaje: “Guaidó tiene que llamar a elecciones libres ya”.
Elizabeth Reyes fue una de las exiliadas en México que se presentó frente a la sede diplomática. Con el rostro pintado con los colores de la bandera venezolana y junto a su pequeña hija, la mujer acompañaba las consignas que los manifestantes coreaban en repudio al presidente Nicolás Maduro. Reyes, que lleva 16 años viviendo en México, espera que lo ocurrido este miércoles sea “el principio del fin” del chavismo. “Sería demasiado absurdo quedarse en el Gobierno después de esta demostración popular”. La mujer, ataviada con la bandera venezolana, dice estar “agradecida” por el apoyo internacional hacia Guaidó, pero lamenta la postura del Gobierno de López Obrador. “Me entristece esa posición porque adoro a México”, asegura.
A unos metros estaba Ana Hernández. Sostenía una bandera venezolana al tiempo que expresaba su desilusión porque México, el país que le ha abierto sus puertas de par en par, mantiene su reconocimiento a Maduro. “No era de esperar que el Gobierno mexicano tuviera una posición diferente en este momento hacia Venezuela. No pensé que mostraran su apoyo al Gobierno de transición de Guaidó y no me extrañó que esa fuera la actitud de López Obrador. Sigue dando como argumento la no intervención en los asuntos de otros Gobiernos”, subraya. “Falta poco para que se termine la pesadilla que lleva años asolando a mi país”, agrega esbozando una sonrisa.
El lugar de la concentración no fue elegido al azar. “Son los representantes de Maduro aquí, queremos que se vayan”, se escuchaba entre el gentío. Dejaron su país por la inseguridad y la difícil situación económica. Es el caso de José Carlos Abreu, que se marchó al país norteamericano hace ocho años huyendo de “la pobreza y la violencia”. Allá trabajaba en negocios familiares y en México ha tenido que rehacer su vida. Ahora espera que lo acontecido este miércoles marque por fin un cambio tras dos décadas de autoritarismo: “Es lo mejor que le ha pasado a Venezuela”.
En la misma línea, la escritora y periodista Cristina Marcano, coautora de la biografía del expresidente Hugo Chávez –Hugo Chávez sin uniforme (Debate)–, cree que la jornada del miércoles marca una “reactivación” de los venezolanos tras año y medio sin protestas masivas en el país. “El ADN de los venezolanos tiene el ansia de la libertad y el reconocimiento de la democracia, y hace que se reactiven estos mecanismos de defensa”, comenta. Sin embargo, agrega, “mientras las fuerzas armadas sigan apoyando a Maduro, el margen de acción de Guaidó será muy estrecho. El Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía son organismos que hasta ahora han venido apoyando y acompañando a Maduro, por lo que pudieran venir decisiones judiciales contra Guaidó, una orden de captura en su contra, que tenga que esconderse… La pregunta es cómo instrumentalizar su poder como presidente encargado; es un tema muy difícil de realizar mientras las fuerzas armadas sigan apoyando a Maduro”, desgrana.
Junto a Marcano, el escritor Alberto Barrera, también coautor de la biografía de Chávez, participó de la concentración. Subraya la singularidad de la coyuntura política en la que queda sumido su país: “Hay una situación muy rara. Parece que dependiera de la comunidad internacional definir los escenarios”. El camino que le queda a Venezuela por delante, profundiza Barrera, será largo y tendrá grandes desafíos. “El problema es cómo se logra lo que tanto ha querido impedir Maduro en los últimos años: elecciones equilibradas y transparentes”.