Tensión entre Junts per Catalunya y ERC tras el pacto en la Diputación de Barcelona

Junts per Catalunya y Esquerra Republicana airearon ayer su profunda fractura tras el pacto entre los neoconvergentes y el PSC para gobernar la Diputación de Barcelona. ERC tacha la decisión de “error estratégico” por romper la unidad republicana al comportar que la institución acabe presidida por la socialista Nuria Marín, alcaldesa de L’Hospitalet. El episodio se inscribe en la delicada relación entre los socios de Govern, habituados a capear estas crisis cíclicas mientras aguardan la sentencia del procés para convocar elecciones.

El estallido de la crisis coincidió con la reunión que tenían concertada ya con antelación en Ginebra Carles Puigdemont y miembros del PDeCAT, ERC, la CUP y de las entidades soberanistas para abordar la estrategia cuando se conozca el fallo del procés. El expresident mantuvo un perfil bajo toda la jornada y solo apoyó en la red una reflexión de Albert Batet, portavoz parlamentario de Junts per Catalunya, que respondió así a un comentario de ERC apelando a la responsabilidad para revertir el pacto en la Diputación: “Me parece una muy buena propuesta pero si lo hacemos, hagámoslo bien; revirtámoslo en todas partes. ¿Lo hacemos”. La Diputación se constituye el jueves.

Miembros de los partidos y las entidades soberanistas se reúnen en Ginebra con Puigdemont en una cita concertada antes de estallar la crisis

Los pactos en los ayuntamientos, donde los dos socios no han actuado como un bloque, han acabado enrareciendo aún más su tensa relación. El acuerdo entre el PDeCAT y el PSC ya desencadenó el viernes reacciones furibundas y en cadena de políticos de ERC. Sergi Sabrià, presidente del grupo parlamentario, lo calificó de “escándalo”. “Los de la jugada maestra”, dijo, con ironía, “han dado la presidencia de la Diputación de Barcelona a los del 155”. Gabriel Rufián, diputado de ERC, se preguntó si también estarían dispuestos a ceder la presidencia de la Generalitat a los socialistas y Ernest Maragall, jefe de la oposición en Barcelona, afirmó que parece que todo vale contra ERC ahora que es primera fuerza.

Iceta: «No doy crédito; que se miren al espejo»

Miquel Iceta, líder del PSC, ha expresado este sábado su estupefacción por los ácidos reproches entre ERC y Junts per Catalunya por el pacto en la Diputación. «Hay partidos que critican a otros por algo parecido a lo que han hecho ellos en el pueblo de al lado. No doy crédito: que se miren todos al espejo», ha afirmado. En un informe ante el consejo nacional, el primer secretario del PSC ha subrayado que pactar con los socialistas siempre ofrece estabilidad y, aunque sin citarlo, ha criticado a ERC porque utilizar solo cuando le conviene el criterio de respetar o no que gobierne lista más votada. «Si era ese en Barcelona, ¿por qué no se aceptó en Tarragona?», ha dicho citando la larga lista de municipios donde el PSC ganó las elecciones pero perdió la alcaldía. «O en Sant Cugat», ha dicho en un municipio gobernado hasta ahora por los neoconvergentes. «Hay que aceptar las reglas del juego cuando nos benefician y cuando nos perjudican», ha afirmado. Y ha lamentado la falta de «sensibilidad democrática» de dirigentes políticos que organizan «espectáculos» como el de la plaza de Sant Jaume, tras la proclamación de Ada Colau, o en la sala de plenos de Santa Coloma de Farners donde, tras la mediación de Quim Torra se rompió un acuerdo entre JxCat y el PSC para pactar con ERC.

La incógnita es si este nuevo conflicto comportará consecuencias en el Govern, aunque todo apunta que ocurrirá como en las ocasiones anteriores cuando han acabado capeando el temporal. Ambos se necesitan y todo apunta a que están decididos a resistir como mínimo hasta que se dicte el fallo del procés. En declaraciones a Nació Digital, Sabrià sí indicó que se deberá evaluar el impacto en el Govern. Los consejeros no se pronunciaron y el propio Oriol Junqueras y el vicepresidente Pere Aragonès solo retuitearon el comentario de Carles Mundó que calificó de “incomprensible” el acuerdo.

La indignación de los republicanos obedece a que suman 16 diputados, los mismos que los socialistas y que, por tanto, estaban en las mismas condiciones de formar gobierno con el apoyo de Junts per Catalunya, que cuenta con siete. Dionís Guiteras, alcalde de Moià y actual vicepresidente de la Diputación, reveló que Junts per Catalunya no acudió a una reunión el viernes cuando estaban cerca de una alianza con los comunes, que cuentan con cinco diputados, y con Tot per Terrassa, con uno. “No es verdad que no sumáramos”, afirmó Guiteras, que apuntó que los comunes estaban dispuestos a pactar. “Buscábamos el encaje de una mayoría republicana, democrática, que defendiera el equilibrio territorial”.

La cuestión es que el PSC y Junts per Catalunya no alcanzan la mayoría absoluta: tienen 23 votos sobre 51 y necesitan tres más. David Bonvehí, presidente del PDeCAT, negó que el acuerdo con los socialistas pueda afectar al Govern y lo justificó para evitar repetir la fórmula empleada en el Ayuntamiento de Barcelona, que comportó la implicación de Ciudadanos. Bonvehí apuntó a la necesidad de revertir pactos como los de Figueres o Sant Cugat donde ERC contribuyó a desplazarles de la alcaldía. Miembros de Junts per Catalunya sostienen que gobiernan la Diputación de Barcelona desde hace ocho años y que necesitaban seguir en ese gobierno para seguir con esas políticas.