El personal de seguridad del aeropuerto de Barcelona avala la huelga indefinida
Los trabajadores de Trablisa, la empresa adjudicataria del servicio del control de seguridad del aeropuerto de Barcelona-El Prat, han celebrado este jueves, desde las diez de la mañana y hasta entrada la tarde, la asamblea para votar la propuesta que la dirección de la empresa había puesto encima de la mesa para evitar sobre la bocina la huelga indefinida prevista para la medianoche del jueves. A las siete se han conocido los resultados, que de manera abrumadora rechazan la propuesta de la compañía: votaron un total de 177 personas, y 175 papeletas apostaron por ir a la huelga en el aeropuerto.
Los vigilantes de Trablisa custodian los filtros que deben cruzar los pasajeros antes de embarcar. Los trabajadores reclaman una mejora de sus condiciones laborales y aprovechan el pico fuerte de la operación salida de vacaciones, más de cinco millones de pasajeros contabilizados el año pasado por estas fechas, para presionar a la dirección de la compañía. Exigen mejoras en cuestiones como la compensación de la sobrecarga de trabajo con un plus de un euro por hora trabajada, que se les garantice un descanso por cada hora de trabajo y, entre otras, que se cumpla con la paridad entre los trabajadores. También reclaman que la empresa se haga cargo de los costes de aparcamiento o habilite una zona gratuita para el estacionamiento de los vehículos privados del personal.
Un total de 499 empleados estaban llamados a las urnas, habilitadas en el casal cívico del Prat de Llobregat. La participación ha sido escasa, tal y como había avanzado el asesor del comité de huelga, Juan Carlos Giménez, cuando apuntó que se preveía una movilización «mínima», puesto que parte del personal está de vacaciones o de baja laboral. Además, el comité de huelga apunta que la empresa había mostrado una escasa voluntad de acuerdo: «Lo llevamos a votación porque en la reunión de mediación es lo que se pactó que haríamos, pero lo que plantean es impresentable», había lamentado Giménez.
El cruce de acusaciones entre Trablisa y los trabajadores ha sido constante. Ambos bandos han afirmado que la otra parte es quien pone más palos a la ruedas a la hora de negociar.
Tras el plebiscito de las urnas, la huelga arrancará en la medianoche del jueves. Fuentes de los trabajadores mantienen que la plantean con carácter «indefinido» a la espera de recibir una propuesta de Trablisa que pueda desbloquear la situación de desacuerdo.
En cuanto a los servicios mínimos dictados por la delegación del Gobierno, el comité de huelga lamenta que se hayan fijado en el 90%. «Esto prácticamente supone que la plantilla no tiene derecho a hacer huelga», criticó Juan Carlos Giménez.
Trablisa se escuda en “la imposibilidad» de asumir nuevos costes y aplicar mejoras salariales fuera del convenio colectivo, que entró en vigor el año pasado. Según la empresa ya se cumple lo que fijó el laudo obligatorio tras el conflicto de verano de 2017. Entonces, la empresa que prestaba el servicio era Eulen, pero la mayor parte de la plantilla es la misma porque los trabajadores son subrogados.
El recuerdo de los efectos de aquella huelga genera malos augurios con respecto a las consecuencias que pueda tener un nuevo paro en la actividad del aeropuerto de Barcelona.