El pacto del PSOE con Podemos libera a Casado de la presión para abstenerse: “Para este viaje no hacían falta alforjas”

El propósito del comité ejecutivo nacional del PP de este martes, el primero tras las elecciones del pasado domingo, era cerrar filas y apagar las especulaciones sobre una posible abstención del partido para facilitar un Gobierno de Pedro Sánchez. Pero no hizo falta. Mientras Pablo Casado se dirigía a los suyos, a puerta cerrada, en la sede de Génova, les llegó la noticia del preacuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos. El PP acababa de liberarse de una importante presión y puede mantener su postura de toda la campaña, la de que ellos son «la alternativa» y no la muleta del líder socialista.

«Para este viaje no hacían falta alforjas», ha declarado el presidente del PP, Pablo Casado, sobre el acuerdo entre Sánchez y Pablo Iglesias. «Lo contrario a lo que necesita España es ese Gobierno radical», ha añadido. El líder popular comparó las alianzas del líder socialista con «el alacrán» que pica porque «está en su naturaleza». «La cabra tira al monte», insistió, en alusión a la tendencia de Sánchez a pactar «con radicales e independentistas». Casado confirmó que Sánchez no le había llamado. Él lo hizo la noche del domingo, según fuentes del PP, pero el presidente en funciones no le cogió el teléfono.

El pacto entre el PSOE y Unidas Podemos aplaca el debate de la abstención en el PP. Hubo, no obstante, una excepción. La portavoz en el Congreso la pasada legislatura, Cayetana Álvarez de Toledo, pidió la palabra para lanzar su propuesta: «Un Gobierno de concentración constitucional», entre el PSOE, el PP y Ciudadanos. Para materializarlo, dijo, las tres partes tendrían que firmar un pacto por escrito en el que se comprometieran a defender las instituciones de quienes quieren atacarlas; y los socialistas, además, romper todos los acuerdos con independentistas en 40 Ayuntamientos y en la Diputación de Barcelona.

La propuesta de Álvarez de Toledo no provocó un «debate profundo» en el comité, según fuentes presentes en la reunión. «Nadie se ha pronunciado ni a favor ni en contra», declaró a EL PAÍS un barón regional presente en la reunión. Los dirigentes territoriales pidieron la palabra para exponer sus resultados del pasado domingo. El PP ha subido de 66 a 88 escaños y ha sido la primera fuerza en Galicia, Cantabria, Castilla y León y Navarra (con Ciudadanos y UPN). Casado ha asegurado este martes que si Ciudadanos hubiese aceptado la coalición de España Suma, el domingo habrían obtenido 118 escaños frente a 115 del PSOE. «Hay 800.000 votos de Ciudadanos y 350.000 de Vox que no obtuvieron representación», ha señalado.

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, declaró al salir del comité ejecutivo nacional, que Sánchez había «engañado a todos y ya nadie se va a fiar del candidato socialista». «Con Felipe González o con Rubalcaba ya estaríamos hablando desde la noche electoral, ante una situación territorial crítica. Lamentablemente, el PSOE no está liderado por esas personas», añadió.