El CIS da una fuerte subida al PSOE, que alcanza casi el 40% de los votos
El PSOE sube con fuerza hasta casi el 40% de intención de voto directa, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas del mes de junio publicado hoy, mientras Unidas Podemos cae casi tres puntos en voto directo (12,7%) desde el estudio anterior. Los resultados arrojan una lectura de cara a la investidura preocupante para Podemos, que en su pulso con el PSOE sobre apoyarle o forzar una repetición electoral perdería terreno frente a los socialistas. En la derecha, la encuesta refleja una ligera recuperación del PP respecto al sondeo anterior, que gana algo más de dos puntos —hasta el 13,7%, aunque sigue por debajo de su resultado electoral de abril—, mientras Ciudadanos y Vox se mantienen estancados. El partido de Albert Rivera cae medio punto, pero sigue por encima del PP y sin perder crédito desde su resultado electoral (15,8%) a pesar de su reciente crisis interna, y la formación de Santiago Abascal se deja dos décimas, hasta el 5,1%.
El barómetro de junio llega en un momento político importante, a tres semanas de la investidura de Pedro Sánchez y con la posibilidad de una repetición electoral sobrevolando por el clima de tensión entre el PSOE y su socio preferente, Unidas Podemos. Los dos partidos están bloqueados en la negociación de un acuerdo que haga prosperar la votación de investidura de Pedro Sánchez, fijada ayer para el próximo 23 de julio, martes.
En ese contexto, el PSOE es el partido en una mejor posición para la negociación de la investidura. Desde el último barómetro gana tres puntos de intención directa de voto, y saca una distancia de casi 24 a su inmediato competidor, Ciudadanos. Los socialistas están, según este sondeo —que no trata los datos, la famosa cocina, sino que aporta cifras de voto directo— muy por encima de su resultado en las elecciones de abril (28,68%). Y el partido con el que mantiene el pulso por la investidura, Podemos, retrocede desde las generales y también desde el sondeo de mayo. Pedro Sánchez tiene con esta encuesta un elemento de presión para Pablo Iglesias: si se repitieran las elecciones porque el líder de Podemos se enroca en su exigencia de un Gobierno de coalición, él saldría peor parado en las urnas.
Si la votación de investidura del 23 de julio no prospera, las elecciones se celebrarían el 10 de noviembre, dos meses después. De cara a esa hipotética cita electoral, el resto de partidos parten a mucha distancia del PSOE. En la competición en la derecha, gana Ciudadanos, a quien no pasan factura sus últimas semanas de tormenta interna, aunque el sondeo se efectuó del 1 al 11 de junio, cuando aún no se habían desencadenado las dimisiones en la ejecutiva. Ciudadanos está, según el barómetro, en el mismo porcentaje de voto directo que en las generales, y dos puntos por delante del PP, aunque eso no lo consiguió en las urnas —Casado logró nueve escaños más—. El PP se recupera ligeramente respecto al sondeo de mayo pero está por debajo de su marca en las urnas. La mejor noticia para Casado es que su competidor en la extrema derecha, Vox, se sigue desinflando: el partido de Abascal está ahora en poco más del 5% de los votos, cuando en las generales llegó hasta el 10%.
Los datos recogidos en este artículo son los de intención directa de voto sobre el porcentaje de voto emitido, esto es, descontando la abstención, los indecisos y los que no responden. En la muestra de la encuesta se observa un especial entusiasmo del electorado socialista. Como ejemplo, un dato: el 38% de los encuestados recuerda haber votado al PSOE en las generales, cuando los socialistas lograron el 28,68% de votos en las urnas.
El barómetro de junio tiene una particularidad importante que destaca el propio CIS en una nota en su encuesta: que el trabajo de campo se realizó justo después de las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo. Esto provoca que los encuestados están influenciados por los resultados electorales tran próximos. Y se producen fenómenos como que se oculta haber votado al partido perdedor, o apuntarse al caballo ganador, menciona el CIS. El instituto demoscópico destaca así que los datos de esta encuesta «deben valorarse más bien como un reflejo del pasado (consecuencia inmediata de los resultados de las elecciones europeas, autonómicas y municipales), que como una plausible medición de eventuales comportamientos futuros».
En el barómetro de mayo, el PSOE ya figuró muy destacado en cabeza, por encima del 36%; casi 20 puntos por debajo apareció Ciudadanos (16,3%) y Podemos y sus confluencias (15,3%), y, solo en cuarta posición el PP (11,4%). El CIS dejó así al PP por debajo de Ciudadanos —e incluso de Podemos—, pese a que el deseado sorpasso del partido de Albert Rivera no se produjo ni en las europeas ni en las autonómicas y municipales del pasado 26 de mayo, en las que el partido de Pablo Casado mantuvo sin grandes problemas la segunda plaza.
La preocupación de los ciudadanos por la política, en su máximo histórico
Aunque el barómetro del CIS del mes de junio dé al PSOE buenas noticias de cara a una hipotética repetición electoral, hay un dato que introduce incertidumbre a cualquier estimación de voto. Es el de la preocupación de los españoles por la política, que ha escalado hasta su máximo histórico desde 1985.
La política y los políticos son el segundo problema para los españoles, según el CIS: lo citan como preocupación el 32,1%, cuatro puntos más que hace un mes. Este dato es además el más alto de la serie histórica. Este estado de ánimo de los españoles sobre la política podría traducisrse en un aumento de la abstención, por ejemplo.
El paro sigue siendo la principal preocupación de los españoles, citado por un 62,5% (ligeramente menos que en mayo, 64,6%).