¿Qué son el senderismo y el trekking?

El senderismo es una actividad que se comenzó a practicar en el siglo XVIII con el fin de reconectar con la naturaleza, pero fue por el año 1947 que surgió como se le conoce hoy en día, cuando se inauguró la primera ruta señalizada. Se desarrolla  al aire libre y sobre todo en áreas naturales con fines turísticos o deportivos no competitivos y que consiste en caminar o recorrer rutas con un itinerario determinado, por el campo, la montaña, sendas rurales, vías verdes, bosques y en fin áreas naturales con el fin de recrearse, disfrutar de los paisajes, contemplar preciosas vistas, descubrir sitios y de esta manera obtener una cultura general de los lugares visitados.

El trekking es una actividad similar al senderismo pero además incluye las caminatas en áreas del campo y la naturaleza no incluidas en estos itinerarios.

 

Beneficios de practicar el senderismo y  el trekking

Practicar estas actividades nos hace sentir bien física y emocionalmente ya que nos hace mantener a tono nuestros músculos especialmente los de las piernas. Si se practican regularmente, ayudan a fortalecernos físicamente y a desarrollar fuerza y resistencia, además de proporcionar beneficios a nuestro sistema cardiovascular y sistema óseo.

 

Riesgos de practicar el senderismo y el trekking

Abusar de este tipo de actividades o no tomar las precauciones adecuadas puede también traer problemas a la salud tales como hipoglucemias, desgarros, esguinces, fracturas, hipotermia, insolaciones y quemaduras entre otros.

 

Precauciones que se deben tomar para practicar

– Iniciar las actividades preferiblemente a primeras horas de la mañana, ya que se queman más calorías y el cuerpo está más descansado.

–No salir solo, estar siempre en grupo, no adelantarse ni atrasarse.

-Mantenerse adecuadamente hidratado llevar contenedores de agua adecuados y que sean fáciles de usar.

–Protegerse del sol. Usar buenos protectores solares, además de gafas y gorros o sombreros

-Llevar ropa, calzado y accesorios adecuados para cargar agua o alimentos.

-Usar las alternativas de camino más corto para llegar al mismo sitio.

-No realizar las actividades en días muy nublados, lluviosos  o con nieve.

-Llevar comida y agua suficientes para el trayecto, así como un botiquín de primeros auxilios. Los alimentos energéticos como nueces, frutos secos, chocolates, galletas, sándwich o barras energéticas son de fácil asimilación y nos permiten tener una mayor resistencia. Es preferible comer poca cantidad a intervalos más cortos que optar por una comida copiosa.

–Protegerse del frío con calcetines, calzado y gorros adecuados. En el caso de que el itinerario sea de montaña, se deben llevar botas adecuadas así como vestimentas de telas ligeras que se coloquen por capas.

-Utilizar mapas para guiarse lo cual asegura el itinerario y el tiempo previsto para realizarlo

-Preferiblemente caminar con pasos cortos; los bastones a veces son de gran ayuda para esforzarnos menos, especialmente en las subidas.

-Usar mochilas adecuadas para cargar bebidas y alimentos y tomar en cuenta que tengan sujeción lumbar.

Mochilas adecuadas

Las mochilas para este tipo de actividades deben tener sujeción en los hombros, sujeción lumbar y en las caderas para que el soporte del peso se reparta adecuadamente en nuestro cuerpo.

Otras características que deben tener las mochilas es el tamaño adecuado para llevar todo lo necesario; se recomiendan las que están entre los 20 y los 35 litros, ya que deben cargar una cantidad de elementos indispensables como alimentos, agua, calcetines de repuesto, botiquín, protector solar y labial, linterna y navajas entre otros. En todo caso la escogencia debe hacerse tomando en cuenta la talla, sexo y contextura de la persona y debe contener tanto depósitos como bolsillos laterales, trasero y superior.