Probamos el Tesla Model Y: así es como este SUV 100% eléctrico atiborrado de tecnología consigue enamorar a los fans de los deportivos
Tesla Model Y. Probamos el Tesla Model Y: así es como este SUV 100% eléctrico atiborrado de tecnología consigue enamorar a los fans de los deportivos. Tesla continúa desplegando su porfolio de vehículos eléctricos con paso firme. Las primeras unidades del Model Y que han llegado a España ya están siendo entregadas a sus propietarios, aunque hace ya casi un año y medio que este modelo fue lanzado en Estados Unidos. Este SUV compacto y 100% eléctrico comparte plataforma, mecánica, tecnología, y, en definitiva, el 75% de sus componentes, con el Model 3, que llegó a nuestras carreteras hace algo más de dos años. Si tienes alguna inquietud recuerda contactarnos a través de nuestras redes sociales, o regístrate y déjanos un comentario en esta página. También puedes participar en el WhatsApp. Si usas Telegram ingresa al siguiente enlace.
Hemos tenido la oportunidad de probarlo a fondo durante un día completo en el que nos hemos enfrentado a un desafío: sacar el máximo partido posible al tiempo que teníamos para poner a prueba tanto su despliegue tecnológico, en el que brilla con mucha intensidad una asistencia a la conducción muy avanzada, como la experiencia que nos propone cuando colocamos nuestras manos sobre su volante y pisamos el acelerador.
Ahí va un pequeño espóiler: lo hemos conseguido. Y hemos disfrutado haciéndolo por una razón: la deportividad que está presente en los otros coches de Tesla también está codificada en el ADN de este Model Y. Es un SUV, y, por tanto, su envergadura es mayor que la del Model 3 con el que tanto tiene en común, pero basta experimentar su brutal aceleración y la forma en que nos permite tomar las curvas para darse cuenta de que es un coche con el que es posible divertirse. Mucho.
Nos promete la deportividad del Model 3 y la capacidad de carga de un SUV de pura cepa
Este coche está disponible en dos de las versiones a las que ya nos tiene acostumbrados Tesla: la modalidad Gran autonomía, que nos promete 507 km según el ciclo de homologación de consumo y emisiones WLTP, y la versión Performance, que sacrifica algo de autonomía con el propósito de ofrecernos un comportamiento más radical. Según Tesla este último es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 3,7 s, así que sí, definitivamente es un SUV atractivamente agresivo.
La versión que hemos tenido la oportunidad de probar es la única que está disponible por el momento en España: el Model Y Gran autonomía. Las primeras unidades de la versión Performance llegarán a las manos de sus propietarios durante el primer trimestre de 2022.
Estos primeros Model Y que están llegando a Europa proceden de la fábrica que tiene Tesla en Shanghái (China), pero la factoría que se encargará de abastecer al mercado europeo tanto del Model Y como del Model 3 cuando consiga iniciar la producción a gran escala será la de Berlín-Brandeburgo, que actualmente está encarando la recta final de su puesta en funcionamiento.
Una característica de las dos versiones del Model Y que no podemos pasar por alto consiste en que ambas incorporan dos motores eléctricos, uno para el eje delantero y otro para el trasero. Esto permite a la electrónica de control actuar sobre la capacidad de entrega de par de forma independiente sobre cada eje, optimizando la tracción en un abanico de superficies muy amplio. Además, el centro de gravedad de este coche es muy bajo debido a la ubicación de las celdas de la batería en la base del vehículo, lo que beneficia claramente su estabilidad.
Antes de seguir adelante os proponemos ir abriendo boca con un pequeño aperitivo. En esta pequeña tabla hemos recogido las prestaciones que, según Tesla, nos prometen las dos versiones del Model Y. Como podéis ver, ambas pintan realmente bien, pero la capacidad de aceleración y la velocidad máxima de la modalidad Performance la posicionan como la opción ideal para los incondicionales de la deportividad en estado puro. Eso sí, os aseguramos que la versión que hemos probado, que, como he mencionado, es la Gran autonomía, también tiene un espíritu deportivo muy marcado.
MODEL Y GRAN AUTONOMÍA | MODEL Y PERFORMANCE | |
---|---|---|
ACELERACIÓN DE 0 A 100 KM/H | 5 s | 3,7 s |
VELOCIDAD MÁXIMA | 217 km/h | 241 km/h |
AUTONOMÍA (WLTP) | 507 km | 480 km |
En la siguiente fotografía podéis ver que por delante el Model Y es muy parecido al Model 3. De hecho, desde esta perspectiva ambos coches son esencialmente clavados. En lo que se refiere a la estética las preferencias de cada persona son absolutamente respetables, y es probable que la apuesta estilística de este eléctrico no convenza a todo el mundo, pero es innegable que el trabajo de Franz von Holzhausen, el diseñador jefe de Tesla, es limpio y tiene la dosis justa de agresividad y elegancia.
La siguiente tabla resume las características de las dos versiones del Model Y. Como podéis ver, las diferencias más relevantes entre ambos coches residen en las prestaciones que hemos recogido en la tabla que publicamos unos párrafos más arriba. En todo lo demás son idénticos, como cabe esperar.
Los dos tienen doble motor eléctrico y tracción a las cuatro ruedas, carga en corriente alterna de hasta 11 kW, miden y pesan exactamente lo mismo, tienen la misma capacidad de carga, etc. La única diferencia que merece la pena que no pasemos por alto es que la versión Gran autonomía está disponible con llantas de 19 o 20 pulgadas, y el modelo Performance incorpora unas llantas de 21 pulgadas más acordes con su marcada vocación deportiva.
MODEL Y GRAN AUTONOMÍA | MODEL Y PERFORMANCE | |
---|---|---|
TRANSMISIÓN | Tracción integral de doble motor eléctrico | Tracción integral de doble motor eléctrico |
PANTALLA | Táctil de 15 pulgadas | Táctil de 15 pulgadas |
SUPERCARGA | Pago por uso (hasta 250 kW) | Pago por uso (hasta 250 kW) |
CARGA EN CORRIENTE ALTERNA | Hasta 11 kW | Hasta 11 kW |
ASIENTOS | 5 (todavía no sabemos cuándo estarán disponibles las demás configuraciones) | 5 (todavía no sabemos cuándo estarán disponibles las demás configuraciones) |
CAPACIDAD DE REMOLQUE | Sí. Instalación después de la entrega. Gran resistencia, barra de acero de clase II con capacidad para remolcar hasta 1600 kg | Sí. Instalación después de la entrega. Gran resistencia, barra de acero de clase II con capacidad para remolcar hasta 1600 kg |
RADIO DE GIRO | 12,13 m | 12,13 m |
LLANTAS | 19 o 20″ | 21″ |
PESO | 2003 kg | 2003 kg |
LONGITUD | 4751 mm | 4751 mm |
ANCHURA CON RETROVISORES | 2129 mm | 2129 mm |
ANCHURA CON RETROVISORES PLEGADOS | 1978 mm | 1978 mm |
ANCHURA SIN RETROVISORES | 1921 mm | 1921 mm |
ALTURA | 1624 mm | 1624 mm |
BASE RODANTE | 2890 mm | 2890 mm |
DISTANCIA AL SUELO | 167 mm | 167 mm |
ESPACIO DE CARGA TOTAL (‘MODEL Y’ DE CINCO ASIENTOS) | 2158 litros (incluyendo los 117 litros del maletero delantero y los 854 litros del maletero trasero) | 2158 litros (incluyendo los 117 litros del maletero delantero y los 854 litros del maletero trasero) |
GARANTÍA | La garantía limitada básica ofrece cobertura durante 4 años u 80 000 km, lo que suceda primero | La garantía limitada básica ofrece cobertura durante 4 años u 80 000 km, lo que suceda primero |
GARANTÍA LIMITADA DE BATERÍA Y UNIDAD DE TRACCIÓN | 8 años o 192 000 km, lo que suceda primero, con un mínimo del 70% de conservación de la capacidad de la batería a lo largo del periodo de garantía | 8 años o 192 000 km, lo que suceda primero, con un mínimo del 70% de conservación de la capacidad de la batería a lo largo del periodo de garantía |
PRECIO (SIN INCENTIVOS) | 64 980 euros | 70 980 euros |
El ángulo en el que hemos tomado la siguiente fotografía nos permite ver con claridad las líneas de estilo que persiguen acentuar la musculatura del lateral del Model Y. El volumen de la cabina nos invita a intuir la presencia de unas plazas traseras generosas, una propiedad a la que también contribuye el gran volumen que tiene este coche encima de la rueda trasera. En cualquier caso, en mi opinión, está bien proporcionado y consigue preservar su alma de SUV sin renunciar a la estética deportiva del Model 3.
Los diseñadores de coches suelen jugar con los volúmenes y las líneas de estilo teniendo muy presente la forma en que los distintos planos de la carrocería reflejan la luz. En estas fotografías podéis ver lo bien que le sienta al Model Y un acabado metalizado que acentúa los reflejos tanto de los objetos del entorno como, sobre todo, del cielo nublado que nos cubrió durante buena parte del día en que llevamos a cabo esta prueba. Este azul oscuro metalizado le queda muy bien, pero apostaría que la pintura multicapas roja también le sienta como un guante.
Una de las señas de identidad de los coches de Tesla es su avanzado equipamiento tecnológico, y el Model Y respeta a pies juntillas esta filosofía. En el software de asistencia a la conducción indagaremos más adelante, en la sección de este artículo dedicada a la experiencia que nos propone este vehículo eléctrico, pero ahora nos viene bien echar un vistazo a los sensores que se responsabilizan de recoger la máxima cantidad de información posible acerca del entorno por el que se está desplazando.
El Model Y incorpora cámaras en el frontal, la parte trasera y los laterales del vehículo. La información que recogen estas cámaras es procesada por un algoritmo de visión artificial que es capaz de interpretarla y tomar decisiones en tiempo real con el propósito de adecuar el comportamiento del coche a las circunstancias que exige la conducción en un instante dado. No obstante, estas cámaras no son el único ingrediente de la receta. No son los únicos ojos del Model Y.
También incorpora 12 sensores ultrasónicos capaces de identificar objetos a corta distancia y un radar frontal con un alcance de 160 metros que se responsabiliza tanto de «ver» los objetos más alejados como aquellos sobre los que las cámaras no tienen visión directa. Toda la información que recogen las cámaras, los sensores ultrasónicos y el radar es procesada e interpretada en tiempo real por un microprocesador sobre el que recae la responsabilidad de facilitarnos la conducción y conseguir que sea más segura.
A las personas que ya han tenido la oportunidad de ver un Tesla por dentro no les va a sorprender el interior del Model Y, pero la primera toma de contacto con los coches de esta marca suele tener el mismo resultado: el absoluto minimalismo de un salpicadero diáfano en el que todo el protagonismo lo reclama una pantalla táctil de 15 pulgadas sorprende. Y es comprensible que lo haga.
El salpicadero del Model Y es minimalista y diáfano. El protagonismo lo reclama la pantalla táctil de 15 pulgadas que actúa como interfaz entre los viajeros y el coche
Enseguida te acostumbras a esta apuesta estética y funcional, aunque, honestamente, yo echo en falta la presencia de al menos un par de relojes, o una pantalla más pequeña, frente al asiento del conductor que muestren la información esencial para la conducción, como la velocidad a la que circulamos, la autonomía restante o el pronóstico de la carga que tendremos cuando lleguemos a nuestro destino.
La pantalla de 15 pulgadas aglutina toda esta información, y mucha más, pero preferiría no tener que desviar la mirada hacia la consola central con tanta frecuencia mientras conduzco. Un apunte más: la bandeja alojada justo debajo de la pantalla está tapizada en un tejido muy suave y permite cargar de forma inalámbrica y simultánea dos smartphones. Además, la consola central tiene una pequeña guantera adicional, dos huecos para bebidas y un cajón bajo el reposabrazos.
Las plazas delanteras del Model Y son amplias, y el asiento del conductor y el volante incorporan los ajustes necesarios para que no sea difícil encontrar la posición de conducción óptima. Aunque es una opinión estrictamente personal, el volante de este coche me gusta mucho porque es grueso y su diámetro es moderado, muy en la línea de como creo que debe ser el volante de un coche con vocación deportiva.
Sin embargo, los asientos instalados en la versión que hemos probado, aunque son cómodos, no retienen lo suficiente si tomas una curva con rapidez. Creo que un vehículo de más de 60 000 euros con el carácter que tiene este Model Y debería incorporar de serie unos asientos con una mayor capacidad de sujeción.
Las plazas traseras son amplias, y el asiento central puede ser utilizado por un adulto de cierta envergadura sin ningún problema. Además, la altura útil en estas plazas es muy respetable, por lo que incluso una persona que mida 1,90 m puede ir sentada en ellas sin que su cabeza toque el techo. Esta es una de las ventajas más evidentes que conlleva el diseño de un SUV, aunque, como estamos a punto de comprobar, no es en absoluto la única. Y es que el Model Y también puede presumir de tener una capacidad de carga muy respetable.
En la siguiente fotografía podemos ver que la boca de carga que nos permite acceder al maletero del Model Y es muy generosa. Este maletero tiene una capacidad de 854 litros, por lo que es posible acomodar en su interior hasta cuatro o cinco maletas con unas dimensiones muy respetables. Además, los asientos traseros se pueden abatir individualmente, lo que nos permite incrementar sensiblemente la capacidad de carga de este coche hasta superar, según Tesla, los 2150 litros si incluimos también el maletero delantero en el que nos permite curiosear la siguiente fotografía.
El maletero delantero es mucho más modesto que el trasero, como es habitual, pero sus 117 litros de capacidad bastan para colocar una maleta compacta, una bolsa de deporte, o bien para guardar en él los triángulos, un pequeño maletín de herramientas o cualquier otro objeto que queramos tener siempre a mano y prefiramos no llevar en el maletero principal con el propósito de reservarlo para los paquetes más voluminosos.
La pantalla es la protagonista de una experiencia ajustada al milímetro
La pantalla táctil de 15 pulgadas que se erige en el centro del salpicadero es el auténtico centro neurálgico del Model Y. Todo pasa por ella. El conductor debe consultar absolutamente todos los parámetros de funcionamiento del coche en este componente, y para actuar sobre la mayor parte de ellos también debe recurrir a esta pantalla. Las únicas operaciones que es posible llevar a cabo sin usarla son las que se pueden ejecutar empleando las palancas alojadas detrás del volante o los botones instalados en este último.
Afortunadamente, la interfaz que nos propone Tesla para interactuar con sus coches está sorprendentemente bien diseñada. Aglutina muchísima información, pero todo está organizado de una forma muy intuitiva. Y es necesario que sea así por una razón: esta pantalla no está ideada para que sea utilizada únicamente por el conductor; está pensada para que pueda utilizarla cualquiera de las personas que viajan en el coche, como comprobaremos en unos minutos. En la siguiente fotografía podemos ver la sección ‘Controles rápidos’, que nos permite acceder de un vistazo a los parámetros de configuración básicos del vehículo.
La siguiente sección de la interfaz se denomina ‘Luces’, y, como podemos intuir, aglutina todos los parámetros que nos permiten actuar tanto sobre la iluminación exterior del vehículo como sobre las luces alojadas en su interior. Como cabe esperar de un coche prémium actual, el Model Y incorpora el encendido automático de los faros cuando las circunstancias ambientales requieren que utilicemos las luces de carretera.
Tesla nos propone varias formas diferentes de acceder al interior del Model Y y arrancarlo. Podemos utilizar una tarjeta física o bien un smartphone en el que previamente habremos instalado la app de esta marca, que está disponible tanto para Android como para iOS. Desde la interfaz del coche podemos dar de alta varias tarjetas y varios teléfonos móviles, de manera que varias personas puedan acceder a su interior y arrancarlo. Lo único que necesitan es llevar encima una de las tarjetas llave, o bien su móvil.
El software de Tesla nos permite crear un perfil para cada usuario y asociar a él, por ejemplo, los ajustes de la posición de conducción
Además, el software del Tesla Model Y identifica qué persona lo va a utilizar gracias al dispositivo de acceso que ha empleado para abrirlo. Esta capacidad de reconocimiento nos permite crear un perfil para cada usuario y asociar a él, por ejemplo, los ajustes de la posición de conducción y las preferencias de la reproducción de contenido multimedia. De esta forma cuando un usuario abre el coche con su móvil o su tarjeta llave el asiento y los retrovisores se ajustan de forma automática para adoptar la posición que previamente ha registrado en su perfil. Es una prestación comodísima, especialmente si utilizan varias personas el coche.
Desde la sección ‘Pantalla’ de la interfaz podemos actuar sobre la entrega de brillo y especificar el idioma en el que queremos comunicarnos con el coche a través del reconocimiento de voz. También implementa un modo noche muy similar al que nos propone un smartphone o una tablet. Un apunte interesante: cuando necesitemos limpiar la pantalla para retirar el polvo y la grasilla de nuestros dedos lo único que tenemos que hacer es tocar el botón ‘Limpieza pantalla’. De esta forma el reconocimiento táctil quedará desactivado, el panel se oscurecerá y podremos limpiarla con comodidad.
La sección de la interfaz que podemos ver en la siguiente fotografía nos permite acceder a los modos de conducción, facilitándonos el ajuste de forma independiente de la respuesta de la aceleración y la dureza de la dirección. El modo de aceleración más agresivo es el ‘estándar’, y si seleccionamos el modo de dirección ‘deportivo’ se endurecerá para ayudarnos a maniobrar con la máxima precisión posible. Con esta configuración el Model Y nos propone un comportamiento ágil y, sobre todo, muy divertido.
La sección ‘Piloto automático’ de la interfaz recoge, como podemos intuir, los parámetros que nos permiten activar las funciones de asistencia a la conducción y la conducción autónoma. Algunas de estas prestaciones, como, por ejemplo, la navegación en piloto automático y el control de los semáforos y las señales de stop, se encuentran en fase beta. Aun así, en teoría el hardware que incorporan los coches que Tesla está entregando actualmente está preparado para ejecutar todas las prestaciones de asistencia a la conducción avanzadas en las que está trabajando la marca, incluida la conducción autónoma total.
Tesla ha resuelto muy bien el apartado multimedia del Tesla Model Y. La interfaz de la pantalla nos permite escuchar con apenas dos o tres toques la radio, la música de nuestro teléfono móvil, Spotify y TuneIn. Incluso incorpora un modo karaoke que no hemos tenido la oportunidad de probar, pero que nos promete hacer más amenos los desplazamientos largos. Un detalle interesante que refleja lo mucho que Tesla cuida la experiencia de usuario consiste en que este coche puede crear por nosotros una cuenta en Spotify de una manera completamente automática.
El control de la climatización también se lleva a cabo desde la pantalla. Especificar la temperatura a la que queremos viajar, encender el aire acondicionado, activar la recirculación del aire dentro del habitáculo o poner en marcha la calefacción de los asientos delanteros es pan comido. Aun así, y esta es una preferencia personal que probablemente muchos usuarios no compartirán, en lo que se refiere a la climatización prefiero tener controles físicos y dedicados porque creo que nos permiten controlarla con más agilidad. Y, sobre todo, porque distraen menos cuando necesitamos manipularlos mientras conducimos.
Pisar el acelerador emociona, pero el puñetazo sobre la mesa lo da la experiencia de carga
Sobre el asfalto este coche no decepciona. Aunque hemos probado la versión Gran autonomía y no la Performance, que es la que nos promete las mejores prestaciones, su aceleración cuando pasamos del modo relax al estándar es de las que quitan el hipo. A diferencia de los coches con motor de combustión, los eléctricos entregan todo el par motor de forma instantánea, lo que les permite acelerar de una forma muy enérgica. De hecho, es tan adictiva que cuesta dejarla atrás si te gusta la conducción deportiva.
Su bajísimo centro de gravedad, al que contribuye decisivamente la ubicación de las celdas de la batería en la base del coche, le confiere una estabilidad sobresaliente
El Tesla Model Y es un coche pesado. Sus más de 2000 kg no lo hacen precisamente liviano, pero va tan sobrado de par motor y potencia que transmite una agilidad inusual en un vehículo de su peso. Además, cuando tomas una curva con rapidez te das cuenta de que su bajísimo centro de gravedad, al que contribuye decisivamente la ubicación de las celdas de la batería en la base del coche, le confiere una estabilidad sobresaliente. Esta cualidad se suma a la tracción a los dos ejes para ofrecernos la sensación de que circula sobre unos raíles de los que es casi imposible desviarse.
Otro detalle importante que sin duda gustará a los entusiastas de los coches deportivos, y que me ha dejado muy buen sabor de boca, es la abundante información que transmiten la columna de dirección y el volante. Esta característica te invita a practicar una conducción esencialmente deportiva con la confianza que solo adquieres cuando tienes la sensación de que el diálogo que estableces con el coche es fluido. Cuando intuyes que te entrega toda la información que necesitas para actuar sobre la conducción de una forma precisa y sin que la seguridad quede comprometida.
El Model Y que hemos probado está equipado con el paquete de conducción autónoma más avanzado que tiene Tesla. El piloto automático mejorado cuesta 3800 euros e incorpora, entre otras prestaciones, la circulación en piloto automático, el autoaparcado, el cambio de carril automático y la llamada inteligente, que nos permite ‘llamar’ al coche cuando está estacionado para conseguir que venga a buscarnos él solito. No obstante, hay un paquete aún más avanzado y caro, y lo hemos probado.
Cuesta 7500 euros, y confiere al Model Y la capacidad de conducción autónoma total, aunque es muy importante que tengamos en cuenta que las funciones actuales requieren la supervisión activa y constante del conductor, por lo que, en la práctica, el coche aún no se comporta de una forma completamente autónoma. Este paquete incorpora todas las funciones de los pilotos automáticos básico y mejorado, a las que añade el control de los semáforos y las señales de stop, que actualmente está en fase beta, y próximamente incluirá la conducción automática en vías urbanas.
La tecnología de asistencia a la conducción y circulación autónoma que Tesla ha desarrollado para sus coches funciona de maravilla. Sorprende comprobar la ingente cantidad de información acerca de las características de la vía y las circunstancias de la conducción que el coche es capaz de recoger e interpretar para tomar en cada instante las decisiones correctas. Aun así, no podemos pasar por alto que Tesla todavía está trabajando para mejorar su tecnología, y, sobre todo, que la legislación aún no permite ejecutar una conducción completamente autónoma. Veremos qué sucede con todo esto durante los próximos años.
Planificar un viaje con el Tesla Model Y es relativamente sencillo. El algoritmo que se responsabiliza de monitorizar los parámetros de consumo de batería nos informa en tiempo real no solo de la autonomía que tenemos disponible en las circunstancias de conducción actuales, sino también del estado de la batería cuando lleguemos a nuestro destino. Si no tenemos suficiente carga para completar nuestro viaje podemos consultar de una manera muy sencilla cuál es el punto de recarga más próximo a nuestra trayectoria. Y, por supuesto, también si hay algún supercargador de Tesla a nuestro alcance.
El algoritmo del Tesla Model Y que se responsabiliza de monitorizar el consumo de energía en tiempo real genera una gráfica que describe cómo ha evolucionado durante todo el recorrido que hemos hecho. La gráfica que podéis ver en la siguiente fotografía está repleta de picos porque nuestra conducción durante las pruebas no fue cuidadosa. Sometimos al Model Y a aceleraciones muy agresivas, y, obviamente, su impacto en el consumo es profundo.
Con una conducción más suave y progresiva el consumo de energía se reduce perceptiblemente. Por supuesto, la utilización de la climatización también deja su huella en el consumo energético del vehículo. Los coches eléctricos nos exigen ser más cuidadosos con el uso que damos a la energía, algo que me parece positivo si tenemos presente que el futuro hacia el que nos dirigimos requiere que todos pongamos de nuestra parte para moderar nuestro consumo energético y minimizar nuestra huella de carbono.
Debajo de estas líneas podemos ver la información que muestra la pantalla del Tesla Model Y cuando está conectado a un supercargador. Además del tiempo que falta para completar el proceso de carga y los kilómetros que podremos recorrer con la energía acumulada en este instante en la batería nos proporciona otros datos útiles, como, por ejemplo, qué distancia adicional podremos recorrer gracias a la energía acumulada durante la carga actual. Y también, por supuesto, cuánto nos costará la carga cuando su importe llegue a nuestra cuenta.
Se disfruta mucho conduciéndo el Tesla Model Y, pero esta es solo una parte de la experiencia
El Model Y no nos ha decepcionado. Es un SUV muy competente. También es un deportivo con unas prestaciones envidiables. Y, sobre todo, es un coche eléctrico repleto de una tecnología que tiene sentido. Que realmente aporta valor. Esto es lo que lo hace atractivo para cualquier persona que esté planteándose la compra de un coche eléctrico y le atraiga este modelo, además de por los atributos del propio coche, por el valor de la red de carga de Tesla.
A todo lo que he defendido a lo largo de este artículo me gustaría añadir algo más: este coche está mejor acabado que los primeros vehículos producidos por la compañía dirigida por Elon Musk. Tuve la oportunidad de examinar con detenimiento el interior de un Model S hace muchos años en su país de origen, antes de que Tesla desembarcase en España, y sus acabados tenían un claro margen de mejora. Eso ha cambiado. A mejor. Y este Model Y lo demuestra.
Me entusiasman sus prestaciones. Su deportividad. Y también su polivalencia. Pero lo que me enamora es su tecnología, especialmente su asistencia a la conducción y su capacidad de circulación autónoma actual y, previsiblemente, futura. Y, cómo no, la experiencia que nos propone la red de carga de Tesla. Lo que no me gusta tanto es un interior excesivamente minimalista en el que echo mucho de menos un cuadro de instrumentos principal y varios controles físicos que nos permitan actuar sobre la climatización.
En cualquier caso, los casi 65 000 euros que cuesta la versión del Model Y que hemos probado, la Gran autonomía, lo colocan definitivamente fuera del alcance de la mayor parte de los usuarios. Y el modelo Performance será aún 6000 euros más caro. Crucemos los dedos para que el Model 2 que, según el propio Elon Musk, llegará en 2023, aterrice realmente con un precio que se mueva en la órbita de los 20 000 a 22 000 euros prometidos por este controvertido empresario.
Este coche eléctrico ha sido cedido para esta prueba por Tesla. Puedes consultar nuestra política de relaciones con las empresas.