Desde el triunfo del Bayern Munich sobre el PSG en la final de la Champions League, el mundo observó el llanto incontenible de Neymar en Lisboa, tras el partido perdido, lágrimas que representan un proyecto de 1.254 millones de euros que sigue sin lograr el gran objetivo: ganar la primera orejona.

Tras años de inversión y decepciones europeas, la última apuesta millonaria del PSG fue juntar a Mbappé y Neymar. Era un todo o nada por la Champions. La pareja de los 400 millones de euros se ponía a los mandos del gran reto que perseguía el club parisino. Una sociedad espectacular que suponía el último impulso para convertir al PSG en rey de Europa por primera vez.

Neymar y Mbappé han estado a punto de tocar la gloria, a punto de cumplir con la misión que se les encomendó cuando se les juntó en 2017. Pero el Bayern les robó el éxito. Neymar siguió negado con el gol en la final a pesar de ser una pesadilla para los alemanes y Mbappé, más de lo mismo.

Fallaron en el peor momento posible y son la gran decepción de un PSG que tenía puestas todas sus esperanzas en su pareja galáctica.